sábado, 5 de marzo de 2011

Los pensamientos narcóticos

Algunos mecanismos de defensa funcionan como opiáceos, morfina, endorfina: son pensamientos o fantasías que compensan angustias, miedos, nostalgia.

La delicada amapola es una especie de adormidera (imagen), planta europea de la cual se extrae el opio, sustancia capaz de calmar dolores corporales muy intensos.

Además de esta flor, nuestro Sistema Nervioso Central también produce opio aunque lo llamamos endorfina.

De modo similar, esta sustancia generada por nuestro cuerpo, alivia, calma, modera los dolores.

Se puede pensar que nuestro organismo se vale del dolor para impulsarnos a tomar ciertas acciones (el ardor nos «quita» la mano del fuego, el hambre nos induce a comer, los dolores de vientre característicos nos inducen a evacuarlo).

De esta manera es posible afirmar que el dolor está al servicio de conservar el fenómeno vida durante el mayor tiempo posible (1).

Pero como nuestro organismo está perfeccionado por reacciones que automáticamente intentan regular los desequilibrios que pudieran comprometer la continuidad del fenómeno vida, también tenemos reacciones calmantes que interrumpen transitoriamente el dolor.

Observemos cómo las señales de alarma que hemos inventado, luego de activarse, entran en un período de inactividad hasta que se reanudan si el destinatario no hizo algo para cancelarlas.

A partir de la suposición de que somos únicamente materia (2) (por tanto, no existe mente y cuerpo sino sólo cuerpo con algunas manifestaciones que subjetivamente nos parecen inmateriales, espirituales, etéreas), podemos decir que los pensamientos también tienen algún recurso para auto aliviarse, una especie de endorfina para ideas penosas (preocupación, angustia, miedo).

En una observación superficial, vemos que algunas personas dedican todo su esfuerzo a enriquecer ... como forma de aliviar su miedo a la ruina económica, otros se obsesionan cuidando la salud como forma de aliviar su hipocondría, otros creen en Dios como forma de compensar la pérdida de la protección familiar.

(1) Vivir duele

(2) Los dioses y el sistema inmunológico

Mi corazón segrega mucho amor por tí

Qué es el inconsciente

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12 comentarios:

Iris dijo...

Siempre me he sentido atraída por la fragilidad de la amapola. Sin embargo ahora aprendí que la amapola es fuerte, porque es capaz de calmar el dolor.

Osvaldo dijo...

Como forma de compensar la pérdida de la protección familiar, prefiero tener fe en la solidaridad. Respeto que otros tengan fe en Dios.

Alicia dijo...

Creo que detrás del miedo a la ruina económica, a la pérdida de la salud, a la pérdida de la protección familiar, detrás de todo eso, está el miedo al dolor.

Chapita dijo...

Cuando me descompenso hago cosas locas para equilibrarme. Nadie entiende que cuando me desequilibro intento equilibrarme.

Olegario dijo...

Los males y el dolor tienen un límite, pero me parece que con los cien años se quedaron cortos.

Petrona dijo...

El dolor es un conservante de la vida, pero la vida igual tiene fecha de vencimiento.
Las reacciones calmantes funcionan como un freezer.

Lucas dijo...

Las señales de alarma eran tantas que no pude apagarlas. Pero no les di bolilla y con el tiempo se desactivaron.

la gordis dijo...

El calmante más a mano que tengo es la comida.

Lola dijo...

Yo diría algo parecido a la gordis, pero cambiando la m de comida por la g.

Olga dijo...

Hay pensamientos que me entristecen tanto... y no tienen remedio.
A esos pensamientos los barro y los borro instintivamente. Igual vuelven de tanto en tanto.

Fulgencio dijo...

Es un disparate todo lo que saben nuestros nervios de sustancias!

Deep soul dijo...

Desgraciadamente amigo mío, en mi caso, eso no es así, y podría mantener una conversación mas larga ahora mismo sobre el tema, pero estoy muy echo polvo: dolor de espalda y cuello persistente desde hace tres años aún sin diagnóstico, en evolución.

La verdad es que nuestra mente tiene poder, pero a veces, estaría mejor que tuviera algo más (al menos en casos así).