martes, 1 de marzo de 2011

Discurso apto para menores de cinco años

Los niños pueden entender muchos criterios de convivencia que los adultos no les decimos porque no sabemos cómo hacerlo.

Nadie sabe exactamente cómo educar a los hijos, aunque sabemos que la crueldad es contraproducente.

Acá va una sugerencia.

«Miguelito, quiero contarte algo.

Tú ya tienes cinco años y hay cosas que puedes saber porque las entenderás.

Los primero que quiero decirte es que yo fui como tú, después crecí y por eso puedo ayudarte.

Está bien que tú hagas caca. Habrás notado que la caca tiene un olor muy fuerte, como algunas comidas que hace tu mamá o como la pintura que utiliza tu papá.

Por algún motivo que nadie conoce aún, el olor de la caca sólo es lindo para quien la hizo, pero es muy feo para todos los demás.

Son cosas inexplicables como los regalos que te traen Papá Noel, los Reyes Magos o el dinero que te deja el Ratón Pérez cuando se te cae un diente.

Tú debes tener muy en cuenta eso porque otra cosa que nos pasa a tí y a todos los demás, es que aquello que nos molesta, dejamos de quererlo y si tú no tienes en cuenta lo que nos gusta y nos disgusta, nos pondremos enojados, nos sentiremos incómodos en tu compañía y terminarás sintiéndote mal, con menos amigos para jugar.

Algo parecido ocurre cuando tú juegas con la comida o pretendes poner tus pies sobre la mesa. Todos los niños quieren hacer eso, pero a los adultos nos molesta.

Otra cosa que nos pasó a todos cuando fuimos niños como tú, es que deseamos mucho casarnos con papá o con mamá. Eso tampoco es posible. Por algún motivo que desconocemos, eso nos molesta tanto como el olor de la caca o que juegues con la comida.»

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8 comentarios:

Carmencita dijo...

Estoy confundida... No sé si alegrarme o no de haber deseado que Ud. fuera el padre de mi hijo de 5 años...

Carolina dijo...

Usted sí que tiene humor! Lo adoro!

Adela dijo...

A los chiquilines no hay que darles explicaciones, si no cómo van a entender que existen tantas cosas inexplicables?

Tiago dijo...

De todo eso el chico va a recordar "a los adultos les molesta".

Graciana dijo...

La mejor manera de que los niños canalicen sus deseos de jugar con la comida es ponerlos a cocinar galletitas. De paso se hacen la merienda para el cole.

Margarita dijo...

Los piecitos de los niños, en realidad no me molestan. Yo los dejaría que los pusieran en cualquier lado, pero claro, no quiero que los grandulones se sientan con derecho a hacer lo mismo.

Rubino dijo...

Después de esa amable conversación el niño respondió en inglés: yes, father.

CHECHU dijo...

QUE MASA