lunes, 28 de marzo de 2011

La homosexualidad se disfraza de heterosexualidad

Si el «mejor amigo» de alguien es amante del cónyuge, entonces desea homosexualmente a su «mejor amigo».

Considerar los residuos inconscientes de la primera infancia, en la que nuestro cerebro nos mostraba la realidad como un todo fusionado (1), permite construir una cantidad de conjeturas capaces de esclarecer algún conflicto angustiante.

Habrás observado que en casi todas las historias de infidelidad matrimonial nos encontramos con que el tercero es «el mejor amigo» de la víctima.

Casi nunca es un conocido, un familiar, un compañero de trabajo, un allegado, un vecino. La mujer traiciona a su esposo con el mejor amigo de éste y el varón traiciona a su esposa con la mejor amiga de ésta.

Una explicación posible de esta casualidad (no tan casual) tiene que ver con las aspiraciones homosexuales que tenemos todos los humanos (más o menos ignoradas, reprimidas o negadas).

Para explicarme mejor imaginemos que José y María están casados entre sí. El «mejor amigo» de José es Pedro y la «mejor amiga» de María es Rosario.

Según la casualidad planteada, Pedro es amante de María mientras que José es amante de Rosario.

¿Dónde aparece acá la homosexualidad de los cuatro personajes?

Observemos esto:

1º) José y María se refieren a su cónyuge como «Mi mujer» y «Mi marido» respectivamente;

2º) El inconsciente de todos nosotros tiene residuos (recuerdos, rasgos) de aquella primera infancia en la que todo estaba fusionados (yo-mamá-papá-la cama-el osito).

3º) (Conclusión): Pedro es amante de la esposa de su «mejor amigo» (José) porque ella (María) es la parte femenina de José (quien dice: «mi mujer»). Se acuesta con ella porque reprime su homosexualidad. De esa forma interactúa homosexualmente con quien más desea (el «mejor amigo»), protegiendo su condición (fama) de heterosexual.

(¡¡Ojalá me haya explicado!!)

(1) El universo de una sola pieza

El cuerpo imaginario

Artículo vinculado:

El amante que quiero para mi esposa

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12 comentarios:

David dijo...

Ay, esa película! "Hierro ocho". Me acuerdo que la vi con un gran amigo.
La foto que seleccionó Fernando está genial, el trío adelante y la foto del matrimonio atrás.

Evaristo dijo...

Mi conclusión es que ser el mejor amigo de alguien, te convierte en alguien deseable.

Alicia dijo...

No sé si será tan así como ud dice, pero su planteo tiene sentido.

Amanda dijo...

La homosexualidad es muy de disfrazarse; si la personificáramos podríamos decir que es muy carnavalera.

Anónimo dijo...

Qué herida al narcisismo, que te estén abrazando y que imaginen que besan a otro.

Manuela dijo...

Muchas veces es un compañero de trabajo, siiii! Por eso mi marido no quería que trabajara.

Emma dijo...

Además Manuela, seguro que ese fue uno de los motivos por los que la mujer demoró tanto tiempo para poder entrar en el mercado laboral.

Leticia dijo...

Ah! Pero es triste acostarse con uno, mientras una quiere acostarse con otro.

Oriente dijo...

Qué ingenioso, "mi mujer", osea mi parte femenina. Nunca se me habría ocurrido. Uds los psicólogos son gente muy necesaria.

Jacinto dijo...

Prefiero la homosexualidad sin representantes.

Verónica dijo...

Hay un montón de cosas a las que no me atrevo. No me atrevería, por ej, a tener una mejor amiga. Eso sería por dos motivos: porque no me gustaría que se acostara con mi marido y porque me gustaría acostarme con ella. Un lío. Prefiero hacer la del salmón (nadar contra la corriente) que desorganizar tanto mi vida.

Darío dijo...

Qué increíble! Mi mejor amigo se llama José y mi mujer Rosario.
Pondré las barbas en remojo.