sábado, 12 de marzo de 2011

Si ustedes supieran lo que yo sé ...

Los políticos que desean ser electos, tienen que mentir para no frustrar a sus potenciales electores. No son mentirosos sino serviciales.

Cuando los políticos quieren conquistar el voto de los ciudadanos para acceder a los puestos de poder que desean, basan todas sus propuestas en denuncias seguidas de promesas.

Efectivamente, lo primero que hacen los postulantes es señalar con fuerza todos los errores y omisiones que está cometiendo el gobierno de turno (el actual).

Quienes escuchan su mensaje seguramente son personas que están disconformes.

¿Por qué esto es así? Porque la conformidad (satisfacción plena, felicidad) no existe en la realidad. Lo que sí existe —y en abundancia— es la creencia en que es posible ser feliz.

Como he mencionado reiteradas veces, para que el fenómeno vida no se detenga, tenemos que estar permanentemente acosados por molestias que nos obliguen a realizar cambios.

Estas molestias están provocadas por necesidades (comer, dormir, evacuar el intestino) y por deseos (detener la caída del cabello, conocer otros países, ser violada por un pestilente pescador de ballenas coreano).

Con las necesidades casi no tenemos dificultades, pero con los deseos todo es más complejo porque son mucho menos específicos, claros, entendibles.

Por lo tanto la receta del político consiste en convencer a sus potenciales votantes de que el motivo de su insatisfacción es el conjunto de denuncias que él hace, con mucha claridad, sobre temas indiscutibles (trabajo, riqueza, soberanía nacional, economía, dignidad, patriotismo, corrupción, seguridad pública, inflación), incorporando datos que nadie podrá confirmar.

El votante insatisfecho (porque todos los estamos inevitablemente) e inseguro sobre qué es exactamente lo que le provoca ese molesto estado, si cree en la explicación que le da el político, lo votará en la errónea creencia de que saldrá de la insatisfacción, cosa que sólo se logra con la muerte.

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10 comentarios:

Sandra39 dijo...

Su humor me irrita.

la gordis dijo...

La sensación de completud es de lo más escurridisa. Igual podemos ayudar pidiéndonos una hamburguesa completa, un té completo, parrilla completa, etc.

Humberto dijo...

La satisfacción plena existe como sensación, es decir, existe desde lo subjetivo y se refiere a breves momentos en los que quedamos centrados en la alegría.

Martina dijo...

Si los políticos fuesen sinceros tendrían que confesar su objetivo. Tendrían que decirte: "si llegamos al gobierno intentaremos que la situación del país no empeore".

Amílcar dijo...

Con razón nunca me cayeron bien las personas muy serviciales...

Lidia dijo...

Los políticos que no desean ser electos, sólo quieren participar (en algún chanchullo).

Filisbino dijo...

Lo apasionante de la política es que te da la situación servida como para opinar absolutamente de todo.

Sonia dijo...

Existe un pequeñísimo grupo que puede elegir y ser electo.
La mayoría sólo podemos elegir.
Lo lógico es que con o sin razón, critiquemos a esa elite. Somos coherentes con lo que hemos hecho a lo largo de nuestra vida; criticar a los padres, criticar a los maestros, y luego, claro, criticar a los políticos.

López dijo...

Yo le llamo felicidad a un estado razonablemente bueno de mi vida.

Tiago dijo...

En época de elecciones pensamos que nuestras frustraciones provienen de lo mal que está todo afuera, pero somos optimistas porque creemos que las cosas van a cambiar.