Es probable que estemos creyendo en teorías que pregonan sólo buenas noticias sobre las virtudes y defectos de la especie humana. Sin caer en un pesimismo absurdo, ¿no estaremos dejando de lado datos conocidos pero que molestan demasiado?
Sigo afirmando (1) —hasta que aparezca alguien que oficie de mesías y me ilumine con otras ideas—, que hombres y mujeres podríamos pertenecer a especies diferentes.
El rasgo que más nos emparenta es que nuestra unión sexual es exclusiva a los efectos reproductivos. Nadie más que un varón puede fecundar a una mujer (aislamiento reproductivo).
Por lo tanto, pertenecer a la misma especie surge de un criterio reproductivo, que es importantísimo —no podría negarlo—, pero es probable que le demos más importancia que la que tiene.
Las demás especies mamíferas se reproducen siguiendo los ciclos de fertilidad de las hembras (celo), pero los humanos carecemos de ese factor determinante, razón por la cual estamos permanentemente interesados en los asuntos sexuales porque nuestra única misión es conservar la especie (aunque los omnipotentes hiperactivos se crean responsables de salvar a la humanidad no sabemos bien de qué).
Nuestra pobreza instintiva nos convierte en la especie menos evolucionada. Las que por evolución milenaria ya han logrado el máximo de eficacia con el mínimo esfuerzo, no tienen dudas, ni neurosis, ni mecanismos de defensa que los vuelvan caóticos, descontrolados, homicidas, depredadores del medio ambiente.
Hasta podríamos decir que, si fuera verdadera la teoría de Charles Darwin, no descendemos de los monos sino que somos una mutación genética degenerada de ellos. Por eso tenemos que aprender todo desde cero, demoramos cerca de tres décadas en adquirir la madurez para reproducirnos y para colmo, dependemos de los cuidados paternales de los Estados (seguridad, salud, subsidios por desempleo o deterioro).
(1) Una hipótesis de lo peor
Nadie es mejor que mi perro
Ya sé por qué no me entiendes
Ser varón es más barato
Los orgasmos inútiles
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13 comentarios:
Los únicos monos degenerados son uds. los hombres.
No es decir poco, plantear que somos los menos evolucionados porque desarrollamos la cultura y nos apartamos de lo instintivo.
Personalmente no le doy a la vida, ni a la especie ningún propósito. No creo que el propósito de la vida sea conservarse a si misma, ni que tampoco esa sea la misión de las especies (los propósitos son una necesidad exclusivamente humana). Por este motivo, no me resulta coherente afirmar que la cultura humana signifique una involución.
Adhiero al pensamiento de Orosmán. La especie en sí, no tiene ninguna misión. Esas misiones las elegimos nosotros (determinismo mediante). Algunos eligen la misión de salvar a la humanidad. Bien podríamos decir que salvar a la humanidad es permitir la conservación de la especie.
Qué consecuencias tendría creer que hombres y mujeres pertenecen a especies diferentes?
Le damos mucha importancia al criterio reproductivo porque nuestra única misión es conservar la especie.
Me gusta eso de poner la teoría de Darwin al revés!
Los humanos una mutación degenerada de los monos! Nunca escuché una crítica tan dura a la especie, ja, ja!
En casa, mamá y yo esperamos que la omnipotencia hiperactiva de papá nos salve de la pobreza. Seguimos esperando.
El penúltimo párrafo de su artículo es inobjetable.
La conclusión es clara NO PODEMOS PERMITIR QUE SE NOS ATROFIEN LOS INSTINTOS.
Hombres y mujeres no pertenecemos a la misma especie. Eso queda clarísimo cuando...
Cuándo?!
Si busca un criterio distinto al de aislamiento reproductivo para definir lo que es una especie, deberá inventar otro concepto, porque ese criterio es justamente el que define a las especies.
Su razonamiento es caótico y nos desorganiza con alevosía, a los que tenemos la estúpida costumbre de leerlo.
Me gustaría que alguna vez desarrollara cuáles son los aspectos que según ud diferencian tanto al hombre de la mujer.
Supongo que irán más allá de lo que diferencia a la hembra y al macho en cualquier otra especie...
Hombres y mujeres consumen más de lo que necesitan, están en disarmonía con el ambiente, son capaces de autodestruírse, nacen indefensos, dudan y se neurotizan (como aporta ud mismo), protestan, están desconformes, han poblado todo el planteta, son morfológicamente parecidos. No cabe duda, pertenecemos a la misma especie.
La verdad, siento que nos está tomando el pelo.
No necesita hablar de especies diferentes para destacar las diferencias indudables que existen entre el hombre y la mujer.
Estoy de acuerdo con ud en que quienes afirman que somos iguales, llevan a confusiones porque a veces no queda claro a qué se refieren. Esa postura burlona e irreverente tiene sus pro y sus contra, pero ud sabrá.
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