lunes, 5 de agosto de 2013

No es curativo conocer los traumas infantiles




Aunque el psicoanálisis reconoce que en nuestra primera infancia pudo estar la causa de malestares adultos descubrirla no será solución.

Un odontólogo me sorprendió recomendándome tomar un calmante del dolor antes de concurrir a su consulta.

— ¿Quiere que tome un calmante antes de sentir el dolor?—, le pregunté extrañado.

— Sí, de esa forma se sentirá protegido y estará menos predispuesto psicológicamente a sentir algún dolor—, me explicó.

Aparentemente tuvo razón porque no sentí ninguna molestia importante.

En algunos casos el psicoanálisis funciona como un calmante preventivo.

Es bastante popular la creencia, proveniente del psicoanálisis, según la cual las experiencias infantiles pueden ser la causa de perturbaciones psicológicas en la edad adulta.

Cuando estas perturbaciones incluyen síntomas molestos tales como angustia, insomnio, irritabilidad, comenzamos por pensar que están provocados porque nuestra madre era así o asá, o nuestro padre tuvo la mala costumbre de, o en aquella época las maestras...

Al pensar de esta forma procuramos aliviar los síntomas molestos, desearíamos que al encontrar la causa nuestra psiquis se reacomodara como para sentirnos bien, sin angustia, sin insomnio, sin irritabilidad.

Pues no, esto no da resultado aunque logramos postergar los cambios en nuestro modo de ser que son la verdadera causa de los problemas que nos molestan.

Efectivamente, de nada nos sirve culpabilizar a ciertos personajes influyentes de nuestra historia. Aunque pudiéramos condenarlos por los errores que cometieron, quizá veríamos aplacada nuestra sed de venganza, pero no mejoraríamos.

Este procedimiento (culpar a otros de nuestros defectos psicológicos) no da resultado, por eso tendremos que utilizarlo como un calmante provisorio mientras buscamos nuevas formas de entender la realidad, de reaccionar ante las dificultades, de autoevaluarnos con mayor objetividad.

Si una muela tiene caries tendremos que curarla y si nuestra psiquis no está adaptada a la vida que nos tocó, también.

(Este es el Artículo Nº 1.980)

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