Es normal que las mujeres post-menopáusicas sigan convocando varones para que las fecunden aún sabiendo que un embarazo sería poco probable.
Mi idea es comentarles puntos de vista
diferentes sobre los temas más comunes, orientados por la teoría
psicoanalítica.
En varios artículos dije que la mujer, hembra
de nuestra especie al igual que las demás hembras de las otras especies
mamíferas, es la que, cuando está ovulando, atrae a algún hombre, macho de
nuestra especie, para que copule con ella y la fecunde.
Por lo tanto, cuando un varón corteja a una
dama lo que está haciendo es solo mostrándose para ver si tiene la suerte de
que ella lo elija.
El Señor
Seductor no hace más que exhibir su oferta como si fuera cualquier otro
servicio de los que se comercializan en nuestra economía de mercado, por
ejemplo, compañías de aviación, cadetería, odontología.
Sin embargo mi propia observación, que algunos
de ustedes podrán ratificar o rectificar, me lleva a pensar que la naturaleza
no aplica la coherencia humana en sus procedimientos.
Lo novedoso de mi observación es que las
mujeres tienen deseos de gestar estén o no poniendo en circulación un óvulo
maduro.
Quizá las hormonas funcionan periódicamente
cuando el cuerpo femenino está pronto para anidar un nuevo óvulo fecundado y
también cuando ese nido no está pronto.
Recordemos que la naturaleza tiene
procedimientos que cuentan con una abundancia de recursos muy superior a la que
disponemos los humanos.
Ella (la Naturaleza) no racionaliza (ahorra)
sus recursos: por eso hace que las mujeres sigan teniendo deseos de ser madres
aún después de la menopausia, cuando la anidación de un óvulo fecundado sería
casi imposible.
Por lo tanto es normal que las mujeres
post-menopáusicas sigan convocando varones para que las fecunden aún sabiendo
que un embarazo sería poco probable.
(Este es el Artículo Nº 1.978)
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