La puntualidad es una creencia tan errada y
narcisista como lo fue el geo-centrismo pre-copernicano.
Con insistente frecuencia
sentimos que el mundo gira a nuestro alrededor y realmente esto es así: gira a
nuestro alrededor.
Puesto que solo podemos tomar
con seriedad aquello que observamos, interpretamos y percibimos por nuestros
propios medios, estamos en el centro geográfico de nuestra vida: todo lo vemos
a nuestro alrededor. ¡No podría ser de otra manera!
Ya les pasó a los antiguos
cuando creían que el universo giraba alrededor de la Tierra.
Si observamos, interpretamos y
percibimos por nuestros propios medios, como especie humana, estamos en el
centro universal de nuestra existencia: todo lo vemos a nuestro alrededor. ¡No
podría ser de otra mera!, PERO... según Copérnico y sus seguidores, nuestros
antiguos estaban equivocados porque giramos alrededor del Sol y, a su vez, el
sistema solar tampoco está en el centro del Universo.
Todo esto lo estuve pensando
mientras esperaba que trajeran a mi oficina a un ciudadano acusado de
homicidio, para que le hiciera una evaluación psicológica.
La cita había sido fijada para
la hora diez y los agentes policiales trajeron al detenido una hora y once
minutos después de lo pactado.
Por supuesto que no hicieron
ningún comentario sobre la impuntualidad sino que actuaron como si hubieran
llegado exactamente a la hora 10:00.
La pregunta que me hago es: ¿Por
qué a mí me pareció que los agentes fueron impuntuales al traer al indagado una
hora y once minutos después de lo pactado?
¡No podría ser de otra manera!
Mi narcisista cerebro pre-copernicano creyó ver, desde mi fernando-centrismo,
que la institución policial funcionaba según mis tiempos. Sin embargo, eso no
es así: cientos de personas van y vienen al influjo de múltiples fuerzas
gravitacionales.
Conclusión: La puntualidad es un mito.
(Este es el Artículo Nº 1.982)
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