lunes, 19 de agosto de 2013

La inseguridad ciudadana y el narcisismo




El narcisismo de la ancianidad nos hace remplazar la compañía humana por alguna mascota. Esta decisión nos provoca sentimientos de inseguridad.

Les contaré una noticia de Montevideo, capital de Uruguay, sin apartarme del psicoanálisis.

La inseguridad ciudadana afecta a muchas personas y en particular a los pobladores de dos barrios de esta pacífica ciudad.

Arquitectónicamente se caracterizan por tener viviendas de gran valor económico, rodeadas de fuertes muros o enrejamientos de hierro y vallas electrificadas.

La mayoría de sus habitantes son unas pocas personas adineradas, bastante ancianas, quienes se sienten más queridas por su mascota que por otros semejantes.

El acoso de los malvivientes los ha llevado a tal nivel de crispación y angustia que se están organizando para protegerse mutuamente, mediante silbatos y llamadas telefónicas de alerta, ante la presencia de merodeadores que pudieran amenazar sus patrimonios.

Desde mi punto de vista lo que les está ocurriendo es otra cosa: creyeron que el instinto gregario, propio de nuestra especie, puede resolverse con una mascota y lentamente fueron sintiéndose cada vez más inseguros.

Como no pueden creer que viviendo aislados de la comunidad están viviendo en condiciones inhumanas, señalan como única causa del sentimiento de inseguridad a los ladrones.

La solución parece haber llegado cuando, sin dar el brazo a torcer, comenzaron a resocializarse, unirse, integrarse a la especie que habían abandonado por esas cosas de la vida.

Esto siempre fue así: cuando un pueblo da muestras de disgregación social, de fragmentación del colectivo, una amenaza de ser invadidos o un desastre natural, los vuelve a cohesionar para gran satisfacción de los resocializados.

Infortunadamente, la reconciliación social suele depender de un ataque externo que nos obliga a unirnos.

En este caso son los delincuentes quienes ayudaron a estos pobladores a deponer su insalubre narcisismo.

Ojalá no abandonen a sus mascotas.

(Este es el Artículo Nº 1.994)

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