martes, 30 de marzo de 2010

Meditaciones de Juan Pérez

«Me cuesta mucho más negociar con otra persona que vivir en medio de un bosque donde todo lo que necesito sólo tengo que tomarlo, sin discusiones, sin tener que pedir por favor, sin cuidarme de no ofender.

»La vida natural es bella porque me permite ser autosuficiente, porque no necesito de la gente, porque nadie me molesta.

»El trato directo con la madre tierra me hace vivir tan feliz como cuando era niño y vivía con mi madre humana quien me cuidaba desinteresadamente.

»Es tan grande mi nostalgia por aquella época feliz, que cuando tengo vacaciones me voy a un bosque, cerca de una corriente de agua, con una carpa a vivir con ella ... con mamá naturaleza.

»Aunque vivo en un apartamento dentro de un edificio enorme, tengo dos perros, no muy grandes para que no sufran por la falta de espacio.

»Se ve que a los vecinos les pasa lo mismo que a mí porque casi nadie respeta el reglamento de convivencia que prohíbe tener mascotas.

»La gente me ha defraudado. Yo espero no ser igual que ellos. Son atrevidos, irrespetuosos, hacen lo que quieren, se creen dueños del planeta, ignoran que existimos otras personas que también tenemos derechos.

»En mi trabajo todo es negativo. Nunca una palabra de aliento, un momento de diversión. Son ocho horas encarcelado, haciendo tonterías inútiles, artificiales, inexplicables, arbitrarias.

»Quizá sea cierto que venimos a esta vida a pagar culpas de otras vidas. De lo contrario no podría explicarse que no habiendo hecho nada malo, tenga que sufrir esta condena.

»Me parece que mi alma ya está totalmente purificada. Por eso espero que no me falten muchas reencarnaciones.»

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10 comentarios:

Justino dijo...

La única tierra que soy capaz de soportar es la que se junta en un par de días sobre la repisa.

Lucía dijo...

Dado que en el trabajo de J.P. todo es negativo; deberíamos suponer que dentro de ese todo también entra él.

Sonia dijo...

Según mi experiencia, son muy pocos los trabajos donde no hay diversión. También es cierto que hay muchas personas que no son divertidas.

Edmundo dijo...

La pucha! no sé qué pasa, en cada reencarnación se me viene encarnando más la uña!

el duque dijo...

Ta todo bien, pero los huevos le dan sólo para unas vacaciones de autosuficiencia.
Ese hombre no es más que un pichón de hermitaño.

Qloparió & cia. dijo...

Ya que nadie respeta el reglamento de convivencia, le sugiero que transforme su apartamento en una pequeña jungla que lo transporte a los momentos más felices de su niñez. Levante los pisos y coloque tierra, plantas y arbustos en forma abundante. Luego suelte una que otra cotorra, algún grillo y unos cuántos bichitos de luz. Puede conseguir víboras no venenosas que dan un toque salvaje y a las que puede ahuyentar, en caso de ser necesario, con un fuego en la estufa, a la que previamente disimilará con abundante follaje. Lejos de la estufa puede rellenar con pinocha, y si se anima puede dejar abierta la canilla de la ducha para generar la impresión de una pequeña cascada, a la que luego deberá encauzar para que desagote junto con el lavarropas.
Vió, no es tan difícil llenarse de naturaleza en casa!

*Tenemos descuentos especiales para decoración de bibliotecas y galpones.

Manuela dijo...

A mi la gente es lo que más me gusta. Moriría de tristeza en medio del campo, abandonada de la mano de Dios, dependiendo de los caprichos climáticos de la naturaleza.
Gracias a la gente puedo conversar, tomar el té en la terraza, salir todos los martes de compras.
Me gusta tanto hacer el bien, dar una palabra de consuelo, recomendarles sirvientas a mis amigas.
Negociar es natural en mí. Es un juego inocente donde se trata nada más de dar el zarpaso en el momento justo; debe ser tan emocionante como cazar un chancho salvaje.
Doy amor y recibo amor. Doy dinero y recibo más dinero. Todo es bello y armónico. La vida en la ciudad está llena de sedas y perfumes.
Muchos se pasan quejando de la basura, dicen que nuestra ciudad es sucia. Esto es más profundo, los que dicen algo así, seguro que tienen sucia el alma.

Daniela dijo...

Ayer mi vecino me dijo el lugar común: "cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro". Y yo le dije que entonces se fuera a conversar con su perro, me di vuelta y cerré la puerta con un portazo.

Orosmán dijo...

La televisión me permite estar rodeado de gente que nunca podrá molestarme.

los perros dijo...

No sólo sufrimos por la falta de espacio. Sufrimos porque nunca nos saca a la madre tierra para hacer nuestras necesidades.