Tuve una pesadilla.
Antes de acostarme miré una película que trataba sobre un grupo mafioso que tenía como norma, no ajusticiar al disidente, al soplón, al arrepentido, al traidor, sino que la decisión —decían ellos— la dejaban en manos de Dios, por considerarlo el «Juez Supremo».
Una vez confirmada la traición que los mafiosos habían constatado en el acusado, cargaban un revolver con una sola bala y uno de ellos disparaba tres veces contra la cabeza del acusado. Si la bala estaba en alguno de los otros tres tubos del tambor, «Dios había perdonado».
La pesadilla consistió en que yo estaba disputando una partida de ajedrez contra un mafioso ruso. Temblaba de miedo, me costaba razonar las jugadas, sentía que él era despiadadamente superior a mí.
El principal motivo de mi terror era que en el lugar donde jugábamos esta partida, existía la costumbre de que ante un «jaque mate», el vencedor estaba autorizado a pegarle un balazo en el pecho al perdedor.
Hace años que practico ajedrez (en la vida real) y mis dificultades en el juego son tema recurrente en la psicoterapia.
Como usted sabrá, el juego emula bastante bien a un combate, donde las piezas negras luchan contra las blancas.
En la primera línea están los ocho «peones» (que sólo avanzan de a un casillero). Atrás están dos «caballos» (que avanzan de una manera bastante confusa), dos «alfiles» (que pueden hacer grandes recorridos), dos «torres», (que también pueden hacer grandes recorridos), una «reina» (que es la que más puede moverse) y en el fondo del tablero, el «rey» (que paradójicamente, sólo puede moverse de a un casillero).
Perder el rey (jaque mate) equivale a perder la partida y mi deterioro como jugador ocurre porque protejo más a los peones que al rey.
Según la psicóloga, tengo que resolver el conflicto con mi padre o jugar a otra cosa.
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11 comentarios:
No entendí un carajo, ud perdone.
El rey sería metafóricamente el padre. No defenderlo podría implicar una actitud de agresividad pasiva hacia el progenitor.
(Disculpe el uso de condicionales, pero ya se sabe que la psicología es poco seria)
Los caballos avanzan como los caballeros; trasladado al día de hoy, como los dirigentes políticos: dos pasos adelante (o para atrás, según convenga) y uno para el costado.
Otra vez aflora su racismo!
Por qué las piesas negras luchan contra las blancas, bien que podría ser al revés.
A mí me pasó que un alfiler se me metió en la sangre, hizo un gran recorrido y casi, casi, me llega al corazón.
Lo bueno que tienen los mafiosos italianos es su respeto a la ley divina. De los rusos dudaría.
Los extremos se juntan; peones y reyes tienen la misma mobilidad, unos por una razón y los otros por otra, están re-jodidos.
Nada mejor que la mediocre clase media.
Ud sería un excelente capataz.
Muchas veces me equivoqué en la vida, pero tengo la certeza de que Dios me ha perdonado porque hace 20años que ando en moto y nunca tuve un accidente.
Voy a fijarme bien de que mi tambor no tenga ningún tubo.
La reina se puede mover todo lo que quiera porque el rey siempre está ocupado en sus asuntos.
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