lunes, 10 de noviembre de 2008

Poesía científica

En el artículo publicado hoy con el título «Fabricaré la sopa que más me agrada» comento que la percepción no es una función confiable. Al menos para los negocios.

Si en un momento de romanticismo científico usted se tira en la arena de una playa solitaria alumbrada solamente por la luz de las estrellas, tendrá la convicción de que nuestro planeta está en el centro del universo y que éste gira alrededor nuestro.

Todos tenemos mucha confianza en los datos provenientes de nuestro sentido de la vista. Sentenciamos seriamente usando la frase «si no lo veo, no lo creo».

La ciencia —en todas sus especialidades— sólo se dedica a rectificar nuestros errores de percepción. Su principal objetivo es demoler las convicciones que hayamos construido en base a deseos, intenciones, voluntad, esperanza, anhelos, apresuramiento, prejuicios, buenas intenciones, simpatías, modas.

Nueve de cada diez estudiantes manifiesta tener dificultades severas con las ciencias duras (matemática, física y química). Genéricamente se explica este hecho objetivo diciendo que los docentes son incapaces de trasmitir pedagógicamente dichos saberes.

Sin embargo el principal motivo está en que los seres humanos tenemos un apego muy difícil de abandonar por lo que el psicoanálisis llama «principio del placer», esto es, aceptamos lo agradable (deseos, intenciones, voluntad, esperanza, anhelos, apresuramiento, prejuicios, buenas intenciones, simpatías, modas) y rechazamos lo desagradable (la ciencia que demuele esas convicciones placenteras).

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

En una palabra queremos siempre pasarla bien y sin aportar ningún costo. Queremos aprender lo que no nos exige esfuerzo y dedicación o esperamos que todo LLUEVA.

Anónimo dijo...

Debe ser por lo que tu dices que odio tanto a la ciencia y a los científicos. Sólo amo a poetas y religiosos.

Anónimo dijo...

Siempre tenemos que conocer que hay que rectificar lo que percibimos.

Cuando tomé unas clases de tiro el instructor me explicó que debo tener en cuenta la distancia del blanco y el viento para rectificar lo que me indica la mira telescópica.

Anónimo dijo...

Otra cosa que sirve mucho es no temerle a los errores en público. Ser descarado, desvergonzado, atrevido, algo inescrupuloso, bastante pecador, desprejuiciado.

Como no, así hay que ser o perderás por paliza!!!!!

Anónimo dijo...

Donde me llama más la atención la falta de objetividad -no digo de espíritu científico, sino al menos de cierta objetividad- es en el campo de la política. Las opiniones de los ciudadanos son enteramente subjetivas y en el mejor de los casos corporativistas. Hay poca conciencia de clase y prácticamente nada de mirada global. Eso me alarma porque vivimos en un país (Uruguay)que acostumbra jactarse de su cultura y sentido cívico.

Anónimo dijo...

¡Cómo cuesta todo lo que implica disciplina y no dejarse guiar por la manija!

Anónimo dijo...

Hay un montón de saber acumulado por la humanidad que desconocemos o lo que es peor, que conocemos pero ignoramos olímpicamente.

Anónimo dijo...

Construímos nuestro universo a partir de lo que nuestros sentidos y nuestra razón es capaz de alcanzar. ¿Podrá nuestra interpretación del universo, descentrarse de lo humano?

Anónimo dijo...

En general nos alcanza con la "sensación térmica" para juzgar y valorar.

Anónimo dijo...

Pensar en lo insignificantes que somos en el universo aterra o maravilla. Depende del estado de ánimo.

Anónimo dijo...

La realidad puede llegar a ser tan dura que aceptarla implica una enorme fortaleza.

Anónimo dijo...

Matemática, física y química, cuando estaba en el liceo, siempre me parecieron lenguajes extraños. Eso provocaba que en aquel momento me disgustaran. Ahora me pasa que me atraen y me parece tener una mayor capacidad como para entrarles. De todos modos la imaginación y la especulación filosófica siguen siendo mis ámbitos naturales. Eso lo vivo como una limitación.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en el énfasis que ud. pone con respecto al esfuerzo personal. No es buena cosa creer en el determinismo. Te puede llevar a un abandono total. Más vale pensarse en lucha con uno mismo.

Anónimo dijo...

A mi vista ya dejé de confiarle. De mañana todo lo considera nebuloso, inhacible, no puede focalizar y me irrita mucho. Durante el día ve bastante claro pero se deja llevar por lo que piensa mi cabeza, entonces muchas veces pasa que leo "clarete" y en realidad decía "rodete" y cosas así. En la noche, a mi vista le gusta percibir en duermevela, entonces se prende y apaga como luz intermitente, pierde el hilo de lo que estaba mirando, se pone a mirar para adentro, provoca risas inmotivadas...un desastre. A mi vista ya no le hago caso.

Anónimo dijo...

Tengo algo muy importante para el ser humano, que no pertenece a las ciencias duras y tampoco al principio del placer (al menos en forma directa). Eso es la ética. De ella nos gusta más hablar que practicar.

Anónimo dijo...

Tenemos mucha necesidad de creer. Si levantamos una estantería ordenada y repleta de creencias ¡pobre del que se atreva a tirarla abajo!