viernes, 21 de noviembre de 2008

Inmadurez presidencial

Para la insatisfacción no hay límites. No faltan quienes proponen que los hijos deberían tenerlos los abuelos porque los jóvenes están muy ocupados y todavía tienen ganas de divertirse.

Además los jóvenes no tienen la paciencia suficiente como para esperar nueve meses interminables y luego estar cambiando pañales cada poco rato y otras inconveniencias que sólo una abuela toleraría.

La adolescencia es un largo período que ocupa el tiempo que va desde la niñez a la adultez. Esa palabra no deriva del verbo adolecer (sufrir, padecer) sino del latín adolescere que significa crecer, convertirse en adulto.

Pasamos más o menos bien cuando los problemas que se nos presentan tienen la solución a nuestro alcance, pero resulta que en este período nuestra madurez psíquica no está preparada para los impulsos hormonales que nos provocan ganas de hacer de todo, de cambiarlo todo, de llevar nuestros ideales hasta las últimas consecuencias.

Aunque de afuera todos pensemos que ser presidente de un país es fácil, son pocos los que pueden tener un desempeño satisfactorio sin que su mente colapse porque las presiones le resultan imposibles de resistir.

Las clásicas perturbaciones de la adolescencia surgen precisamente por eso: Nuestras hormonas nos imponen necesidades y deseos (presiones) que nuestra psiquis —aún inmadura— no sabe cómo resolver.

Qué sucedería si a un señor que sabe servir café con total corrección, se le exigiera que se haga responsable de resolver un conflicto gremial que tiene paralizado a medio país. En el mejor de los casos se comportaría como un adolescente desorientado, irritable, insomne, con trastornos alimentarios, etc.

●●●

20 comentarios:

Anónimo dijo...

En nuestro caso sólo nos faltó parirlos. Viven todo el día en mi casa. Ya no estoy para estos trotes.

Anónimo dijo...

Si por mi fuera, a todos los adolecentes los mandaría a una carcel de alta seguridad hasta que se dejen de molestar.

Anónimo dijo...

Más de un presidente sería mejor que se dedicara a servir café.

Anónimo dijo...

Los presidentes son figuras decorativas. Los que toman las decisiones son los que están detrás de él.

Anónimo dijo...

No termino de admirar la foto. ¿Cómo lograron que un niño tenga ese gesto?

Anónimo dijo...

Creyendo ser buenos padres muchas veces fomentamos la inmadurez de nuestros hijos solucionándoles todos los problemas. Luego es obvio que pretendan que les criemos los hijos a ellos. Por ahora me trae el perro un par de días a la semana.

Anónimo dijo...

¿Cómo hago para que mis padres lean esto?

La vez pasada les dejé una hoja impresa con un texto y mi viejo la usó para hacer anotaciones del otro lado. Son impermeables.

Anónimo dijo...

Lo que yo no puedo entender es cómo los jugadores de futból que salen de hambientes tan humildes, pueden jugar y no quedar paralíticos con una tribuna de 80000 personas gritándoles.

Anónimo dijo...

Los chicos piensan que la adolescencia está sólo para divertirse. No se preparan para ser adultos.

Anónimo dijo...

Mis padres se apoderaron de mi hija. Empezaron insistiendo que la dejara en su casa cuando iba a trabajar y ahora quieren decidir su alimentación y su colegio. Parece que les vino ganas de empezar de nuevo ¡pero yo que culpa tengo! Encima tengo que soportar que la abuela se haga llamar "mamaíta"

Anónimo dijo...

El niño de la foto tiene la cara en potencia del futuro emperador japonés!

Anónimo dijo...

¿Ud propone que son jóvenes insatisfechos los que pretenden que los abuelos críen a los nietos?
A mí más que insatisfechos me parecen una manga de abusadores!!

Anónimo dijo...

Los nueve meses serán interminables, pero no tiene ningún sentido protestar, hay que adaptarse a la situación.

Anónimo dijo...

Adolescere significa crecer, de ahí que se escriba parecido a padecer. Para crecer hay que sufrir (además de disfrutar, por supuesto)

Anónimo dijo...

Los adolescentes vivimos estresados porque sentimos la presión de tener que cambiar el mundo.

Anónimo dijo...

No es democrática la posibilidad de veto del Presidente.

Anónimo dijo...

Para ser presidente hay que ser in-presionable.

Anónimo dijo...

Las hormonas imponen presiones que se convierten en pasiones y las pasiones que nuestra psiquis no puede resolver, se convierten en tragedias.

Anónimo dijo...

Mi insatisfacción termina donde comienza la impaciencia de los demás.

Anónimo dijo...

Si tengo que resolver un conflicto gremial que afecta a medio país, busco asesores en la mitad del país que no se ve afectada.