jueves, 6 de mayo de 2010

Las neuronas violentas

La mujer necesita a su lado un hombre que la proteja y el hombre necesita a su lado una mujer que lo cuide, mientras cicatrizan las heridas recibidas por protegerla.

Un relato dice que el sol y el viento discutieron. Ambos decían ser el más fuerte. Para resolverlo, vieron un caminante y sería el más fuerte, quien lograra quitarle el manto que lo cubría.

El viento comenzó a soplar con furia y el hombre se abrazaba más y más a su abrigo.

Cuando el viento se quedó sin fuerza, el sol puso en juego su habilidad y con la tibieza de sus rayos, logró que el caminante se quitara el manto.

En nuestra cultura estamos convencidos de que la fuerza y la violencia deben estar al servicio de las soluciones drásticas, para terminar de una vez por todas con los problemas que nos aquejan.

Como gran parte de esos problemas están vinculados a seres vivos (microbios que nos enferman, insectos que dan asco, personas que molestan), entonces la solución más eficaz es terminar con lo que tienen en común todos esos agentes agresores: la vida.

Queda mal decirlo explícitamente, pero fantaseamos con que nuestro celular, debería contar con un dispositivo para hacerlo explotar en la cara de quien nos lo robó.

El cuerpo de las mujeres es más blando que el de los hombres.

El pene se endurece y penetra en la suavidad de la vagina, pero en pocos minutos la dureza de ese pene desaparece sin que la vagina pierda su blandura.

Podemos estar de acuerdo con todo lo dicho, pero nada va a cambiar por ahora, porque nuestros cerebros funcionan según la lógica bélica, de la intolerancia, la rigidez, la fuerza y la violencia.

Amamos clandestinamente el exterminio de los problemas y negamos drásticamente este sentimiento.

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8 comentarios:

Celeste dijo...

Qué romántico sería que un hombre recibiera heridas por protegerme!

Marisa dijo...

Si el relato del sol y el viento lo hubiesen escrito ahora, ganaba el viento porque con lo peligrosos que son los rayos UV, el tipo seguro que no se quitaba el manto.

Leda dijo...

Estoy de acuerdo con ud. Por eso es que hay tantos cristianos montoneros y comunistas.

Lorente dijo...

El respeto a la vida no admite la menor demora. Por eso hay que matarlos a todos.

Ulises dijo...

Las soluciones drásticas nos hacen sentir que de golpe nos sacamos un peso enorme de encima, en cambio las soluciones más lentas, los procesos, nos quitan la pesadumbre tan lentamente que no nos damos cuenta. Si no queremos ser violentos tenemos que contar con un buen soporte.

Ramón dijo...

La muerte es uno de esos agentes agresores que no tiene vida pero es capaz de voltearnos.

Sandra39 dijo...

Lo de la blandura de la vagina lo dice porque cree que las mujeres somos menos violentas?
Es cierto, somos menos violentas, no por mérito propio, sino por un tema de correlación de fuerzas.

Damián dijo...

En caso de que el viento y el sol hubiesen puesto en juego al mismo tiempo sus habilidades, perdían los dos, porque cuando hay mucho viento, el sol no se siente.