Si «la unión hace la fuerza», entonces podemos afirmar que «la desunión hace la debilidad».
Nuestra madre patria es un país enemistado consigo mismo.
Durante siglos ha tenido peleas internas que generaron desconfianza entre los españoles, a diferencia de otros países igualmente imperialistas, pero que lucharon contra extranjeros, reforzando la solidaridad entre los ciudadanos.
Los hispano-parlantes tenemos una mamá muy complicada, que no se entiende con ella misma y aún hoy (año 2010) tiene poblaciones enteras que desearían formar un país independiente —apelando inclusive al terrorismo—, porque no se sienten españoles.
En la eterna duda sobre qué fue primero —si el huevo o la gallina—, no descartaría la hipótesis de que la estructura gramatical de nuestro idioma fuera una causa de esa desconfianza que nos desune.
Somos amistosos, cálidos, divertidos, buenos amantes, pero cuando tenemos que ponernos a trabajar, arriesgar, estudiar, crear, nos cuesta hacerlo en grupos.
Nuestras familias son muy unidas, nuestras madres son protectoras, pero nos cuesta confiar en los que no son de la familia.
Casi todos los hispanos somos del Tercer Mundo y si la misma España no lo es, quizá sea porque está en un continente donde la Unión Europea, cobija a países tan eficientes como son Alemania, Francia y el Reino Unido y a países tan ineficientes como son Portugal, España y Grecia.
En suma: el tercermundismo (escaso desarrollo económico, social, tecnológico) puede ser una condición vinculada a la estructura gramatical (y por lo tanto, psicológica) de los hispanos.
Como simple anécdota, les comento que la histórica residencia de la Familia Real Española, se llama El Escorial (imagen).
Desde principios del siglo 17, fue considerada la octava maravilla del mundo y sin embargo, en nuestro idioma, el vocablo «escorial» significa «basural».
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10 comentarios:
Hoy ha planteado un tema demasiado complicado, la verdad que me supera.
Qué tiene la estructura gramatical de nuestro idioma como para desunirnos?
Creo que España e Italia tienen muchas cosas en común. Así que por todos lados heredamos madres complicadas.
Qué disparate el escorial! Lo que debe de costar mantenerlo para que no se convierta en un verdadero escorial.
El tercermundismo también implica escaso desarrollo industrial.
Otra cosa extraña de nuestra madre patria, es que siga fiel al símbolo de la realeza.
Los que no son de la familia son sospechosos de todo tipo de malidicencias. A mi hijo siempre le digo que no acepte un dulce de un extraño. Puede estar contaminado con droga o ser un medio de seducción utilizado por los pedófilos.
Cuando los hispano parlantes trabajamos en grupo, le dedicamos más tiempo a discutir que a hacer.
Si nosotros formamos parte del Tercer Mundo, no quiero imaginarme cómo viven los del Cuarto.
Para no ser menos, los orientales también tuvimos nuestras buenas luchas internas. Sin embargo las cosas cambiaron con el tiempo, y los que peleaban ahora hacen alianzas.
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