martes, 18 de mayo de 2010

En democracia no se puede vivir

Nuestra capacidad de equivocarnos es portentosa, enorme, insuperable. Es decir, el resto de los seres vivos que nos acompañan en esta roca voladora, no le erran tanto como nosotros.

Esto lo pensé a propósito de una reunión donde se discutían los problemas que aquejan a la humanidad hoy en día.

Lo que más nos preocupa es la delincuencia y la actitud de los jueces, que casi nunca encarcelan a los malvivientes.

La policía ya ni quiere perseguirlos porque luego la justicia los libera en menos de 24 horas.

En el corazón de todos y en los labios de los más atrevidos, sobrevuelan criterios de represión medievales.

Y estoy totalmente de acuerdo con todo eso. A mí no me gusta que un desconocido me aborde para pedirme dinero. Ni siquiera me gusta que me mire con insistencia.

Quisiera una ciudad limpia de personajes mal vestidos que tienen normas de convivencia grotescas.

También me molestan sus criterios higiénicos, muy diferentes a los míos (jabón, antisudoral, dentífrico, zapatos brillosos, ropa sin arrugas).

En otro orden, también me irrita sobremanera la repentina interrupción de los servicios públicos en cumplimiento de medidas gremiales, que reclaman intereses de los que no tengo ni noticia.

Todos defendemos una ciudad limpia, habitadas por personas de buenas costumbres, que no molesten ni siquiera mediante la polución visual, con servicios permanentes, a toda hora, todos los días del año.

Estoy convencido de que unánimemente clamamos por estas condiciones mínimas.

Claro que como los humanos somos expertos en cometer más errores que el resto de los seres vivos, tampoco queremos vivir en una tiranía despótica.

Aunque sea obvio, prefiero decirlo: esas comodidades que todos anhelamos, convencidos de que es lo mínimo que podemos pedir, sólo se obtienen en un régimen dictatorial.

Conclusión: Los respetables ciudadanos combatimos la democracia.

Nota: La imagen corresponde al chileno Augusto Pinochet (1915 - 2006), quien lideró la dictadura militar de su país entre 1973 y 1990.

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5 comentarios:

Gladys dijo...

De los zapatos brillosos y la ropa sin arrugas, se ocupa usted? se ocupa su mujer? se ocupa su empleada?
Y después de todo, a mí qué me importa!?

Ludovika dijo...

Lo que más me cuesta soportar es el mal olor de los vagabundos (aunque podrá haber alguno que se las ingenie para lavarse). Yo iría cuando están durmiendo y los rociaría con desodorante de ambiente.

Olga dijo...

Y ud que propone? que convenzamos a algún pichón de dictador para que convenza a las fuerzas armadas y de el golpe de estado?
Perdone, sé que su pensamiento es mucho más inteligente y que usted apunta a que nos sinceremos con nosotros mismos. Lo que pasa es que estos temas me irritan.

Caín dijo...

De los ciudadanos respetables hay un pequeño grupo que sí lucha por la democracia: los que se postulan para ser electos.

Lola dijo...

Qué cosa! Cómo me gustan los uniformes.