Hace unos días publiqué un artículo titulado Medicina defensiva donde les comentaba cómo la relación médico-paciente ha cambiado 30 años a esta parte porque los médicos priorizan no ser víctimas de sus pacientes litigantes (amantes de hacerles juicio, de demandarlos por mala praxis).
En todos los países existen empresas que se dedican a impartir cursos de conducción defensiva. En ellos los alumnos aprenden a cuidarse de las imprudencias ajenas: coches, motos, bicicletas, peatones, señalización defectuosa o alterada por vándalos.
Hablando de estos temas con una colega, a ella se le ocurrió la expresión maternidad defensiva.
El fenómeno es muy antiguo y consiste en lo siguiente:
Convivir con niños es todo un arte, una ciencia, un trabajo, un dolor de cabeza y un placer.
Como la mayoría aprendemos a solucionar las dificultades que se nos presentan a pura intuición, consultando amigos, revistas, pedíatras y fundamentalmente por medio del «ensayo y error», solemos tener la eterna duda de si estaremos haciendo las cosas bien.
Y es acá donde aparece este fenómeno antiguo que mi colega llama maternidad defensiva y que consiste en lo siguiente:
Tenemos que actuar de tal forma que el pequeño se crie de la mejor manera posible haciendo cosas de las que no estamos muy seguros. Todo el esfuerzo que apliquemos (consciente o inconscientemente) a evitar críticas ajenas o recriminaciones del propio niño cuando sea adulto, es energía aplicada a la maternidad defensiva y restada a lo verdaderamente importante que es ayudarlo a crecer de la mejor manera.
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11 comentarios:
Mis hijos se encargaron de sacarme esas ideas de la cabeza.
Y hoy son jovenes felices e imperfectos, criticables, y yo aprendí a sentirme realizada así.
No tuve la suerte de Diana. Me está costando algunos años de terapia sin horizonte de finalización.
Deben haber muchas actitudes defensivas en este mundo agresivo que tenemos.
No está bien actuar a la defensiva en algo tan importante como la maternidad. Aunque si la disyuntiva te pone en riesgo de perder tu condición de madre...pensalo 2 veces.
Hace unos días se produjo un choque en la ciudad de Montevideo porque unos bándalos habían torcido un semáforo; es de no creer!
Las críticas de las maestras a lo largo de 6 años, sin exceptuar ninguno, me han hecho desear la maternidad asesina.
(hacia las maestras ¡obvio! mi hijito es un santo incomprendido).
La exigencia de mis viejos me condenó a ser un liceal defensivo. Copié en todos los exámenes y aún así nunca los vi conformes.
A veces me he encontrado ejerciendo la maternidad defensiva con respecto a mi ex esposo
Cuando mi hija era pequeña cambié tres veces de pediatra y cada uno me dio consejos diferentes con respecto a la alimentación y la crianza en general. Así que aunque cometas el error de ponerte a la defensiva, siempre van a haber distintas opiniones respecto a lo que hagas.
Siempre fui muy intuitivo y me jacto de tomar buenas decisiones, pero todo cambió cuando nació mi hijo. A partir de allí tuve que aprender a andar en terreno dudoso.
Convivir es todo eso que ud dice, sea o no sea con niños.
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