viernes, 26 de junio de 2009

El control remoto y yo

Cuenta la historia bíblica que estaba Adán muy aburrido en el paraíso y Dios le creó a la mujer para resolver tan triste situación.

Como suele pasar, la solución fue más allá y no sólo lo sacó del aburrimiento sino que lo sacó de quicio, lo excito, lo convirtió en un ser inquieto, agresivo, trasnochador (¿por falta de sueño?).

Que un gobernante convenza a los hombres jóvenes de la patria para que vayan a la guerra tiene que contar con algún deseo de éstos de irse de donde están. Visto de afuera, el frente de batalla puede resultarles más llevadero que la vida hogareña.

Nunca pude creer que un gobernante sea tan convincente y carismático como para que su gente acepte correr un riesgo de vida.

Pero esta relación tan perturbadora del hombre con la mujer no dejaba de ser eso: una relación, un vínculo, un lazo social importante.

Esta turbulenta relación se mantuvo durante siglos porque ellos y ellas se complementaban. Ambos sentimos que estamos incompletos pero tenemos la ilusión de completarnos cuando formamos una pareja con otra persona.

Gracias a este fenómeno, durante milenios se formaron parejas que muchas veces se disolvían por muerte de uno de los cónyuges.

El cambio que estamos viviendo ahora es que la tecnología y el márquetin están logrando que cada individuo tenga la ilusión de completarse adquiriendo algún producto «maravilloso» y que —aunque se cuidan bien de no confesarlo— carece de las contraindicaciones que tiene un cónyuge (malhumor, rebeldía, consumo excesivo de objetos tecnológicos).

Conozco muchos hombres que están satisfechos con su deporte favorito, la computadora, cerveza en la heladera y poca cosa más. Conozco muchas mujeres que estas insatisfechas porque los hombres «son todos unos inmaduros».

●●●

11 comentarios:

Sissy dijo...

Para peor ahora inventaron una Barbie que lo tiene todo!

Florencia dijo...

No es cierto que los hombres sean todos inmaduros, para ser justos deberíamos hablar de un 99,9%

yamila vellaco dijo...

No tengo la ilusión de completarme con mi pareja. Lo que sí creo posible es que podríamos potenciarnos.

Sarita dijo...

Mire ud, vengo a enterarme de que las mujeres somos las culpables de sacar de quicio a los hombres y de que huyan a la guerra.

Trinidad Fonseca dijo...

No van a la guerra por el carisma de un gobernante; van por la sed de GLORIA.

Mariela dijo...

Los hombres son un mal necesario, nada más.

andrés dijo...

Sí que es común satisfacerse con el fútbol, la computadora, cerveza y un par de amigos. Es simplemente mediocridad. Pero no debemos creer que una persona así no le hace mal a nadie. Sí que hace mal! NO COLABORA EN QUE NADA MEJORE.

Pido disculpas, admito que yo soy así. Veré si puedo cambiar...

Lidia Fonseca dijo...

No soporto las relaciones turbulentas, ni en la pareja, ni en la amistad, ni en la familia. La paz tiene un valor muy importante para mí.

Doña Soledad dijo...

Adán no estaba aburrido, se sentía solo, que es una cosa distinta.

Clarisa Genta dijo...

No me parece que el problema sea la inmadurez generalizada de los hombres. No son ellos más inmaduros que nosotras, es sólo una apariencia. Ellos maduran pero no pierden la capacidad de jugar y son más creativos para entretenerse.

Efraín R. dijo...

Cuando estoy medio decaído voy y me compro algo que me guste. Sé que no soluciona la situación de fondo pero me ayuda a seguir tirando hasta que pueda realizar cambios importantes.