miércoles, 24 de junio de 2009

Enemistad programada

En un artículo titulado Mamá, no te amo les comentaba que es un prejuicio suponer que los hijos tienen que llevarse bien con sus padres.

Cuando los hijos crecen y se convierten en adultos, no pasan a ser como cualquier otro familiar pero es cierto que las afinidades que hacen falta para que haya un vínculo afectuoso pueden existir o no.

Los psicoanalistas creemos que el mito de Edipo se manifiesta en casi todas las personas, generando múltiples efectos derivados de una atracción sexual frustrada hacia alguno o ambos progenitores.

La homofobia no es solamente el rechazo hacia los homosexuales sino también el horror a ser gay o lesbiana.

Parte de esa angustia que nos acompaña a lo largo de toda la vida proviene de la naturaleza bisexual que nos caracteriza y cuando el deseo homosexual nos da miedo.

Refiriéndome al deseo sexual hacia alguno o ambos progenitores, estoy incluyendo el deseo sexual hacia quien tiene nuestro mismo género.

Aunque es normal que en la adultez podamos llevarnos bien o mal con nuestros padres, puede suceder que apelemos al enojo en un intento de controlar un deseo homosexual que nos da miedo.

Por ejemplo: la hija se lleva demasiado mal con su mamá, porque quizá no son adultos afines y/o también porque el enojo le sirve a alguna de las dos para controlar mejor el deseo homosexual por la otra.

Lo mismo puede suceder cuando un hijo se lleva demasiado mal con su papá.

Y aún más genéricamente: Un fuerte rechazo puede encubrir una atracción que asusta.

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12 comentarios:

Dr. N. dijo...

Me he agarrado a golpes varias veces y he tenido fantasías sexuales con mis oponentes.

Lo felicito por la sutileza de su percepción clínica.

Lidia dijo...

Cada vez que leo un artículo suyo me parece que tengo lo que ud dice.

Diana dijo...

Este artículo es para entendidos, yo quedé sin saber qué pensar.

marta dijo...

¡Por qué siempre anda metiéndose en temas tan peliagudos!

Evarista dijo...

Yo vivo enojada con todo el mundo ¿seré promiscua?

Jacinta Lemos dijo...

A las mujeres nos encanta tener amigos homosexuales porque estamos bien tranquilas de que ni nos cargan, ni nos hacen la competencia. Un amigo homosexual es un oasis en medio de esta selva!

Valentín dijo...

Si decís que no te llevás bien con alguno de tus padres, enseguida tenés que dar un motivo de peso porque si no te quedan mirando como si fueses un inadaptado.

Amanda dijo...

Nunca sentí un deseo homosexual, lo que siento es un repudio desproporcionado. Lo hablé en mi terapia y el psicólogo me sugirió esto mismo que ud dice.

Nolberto A. dijo...

Soy una persona que despierta amores y odios; nunca se me había dado por pensar que quizás sea muy sexy.

el sádico dijo...

Me resulta difícil encontrar adultos afines...

Martín dijo...

En la niñez lo normal sería llevarse bien por mutua conveniencia ¿no?

Laura Cayos dijo...

Tenía entendido que el Edipo siempre se manifestaba hacia ambos progenitores.