viernes, 13 de febrero de 2009

No recuerdo que me olvidé

La memoria es una función que sirve tanto para recordar como para olvidar.

Efectivamente, como la mayoría de las funciones mentales, está gobernada por el principio de placer (satisfacción, comodidad, conveniencia inmediata). Por este motivo es que recordamos aquellos que nos gustó o que nos conviene recordar y olvidamos lo feo o que nos conviene olvidar.

Si aceptáramos como verdadero que todos los seres humanos deseamos sexualmente a nuestros padres (complejo de Edipo) pero que la sociedad nos prohíbe terminantemente tener relaciones sexuales con ellos, es muy probable que esta desagradable frustración caiga bajo los efectos protectores de esa amnesia selectiva que es capaz de hacer nuestra memoria con lo que conviene olvidar.

En un reciente articulo titulado Amor incondicional y gratuito digo que todos desearíamos ser amados incondicionalmente, por lo que somos y no por lo que tenemos, como nos amaron nuestros padres.

Esta aspiración dificulta seriamente las posibilidades de encontrar a nuestro ser amado porque es demasiado elevada. Quizá no haya nadie en el planeta que pueda amarnos como lo hicieron nuestros padres.

Que nuestra memoria cumpla la simpática función de olvidar lo desagradable e inconveniente, no significa para nada que eso quede definitivamente borrado de nuestra mente. Solamente queda olvidado.

Conclusión: No recordamos que tuvimos deseos incestuosos pero seguimos teniéndolos y esto nos hace buscar con pretensiones de encontrarlo/a a una persona que nos ame tan incondicionalmente como aquellos primeros amantes (nuestros padres) a los que no pudimos acceder porque no nos dejaron.

Gran parte de las desilusiones amorosas provienen de buscar al Príncipe Azul, que ahora sabemos que nunca aparecerá porque fueron nuestros padres y lo tenemos olvidado.

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19 comentarios:

Anónimo dijo...

Un dicho popular muy sabio dice: pronto el Príncipe Azul se convierte en sapo, y la Princesa en Bruja.

Anónimo dijo...

Mi problema fue con mi hermano 14 años mayor. Qué lío mi Dios! No tengo consuelo. Para peor es hermanastro y eso me produce más dudas y conflictos e insomnio. Lo amo, pero no me busquen porque nunca sabrán quien soy.

Anónimo dijo...

Los profesionales son amargados, no saben divertirse, viven enfurruñados y cuando uno está con ellos hacen chistes tan pavos que podría decirse que fuera de lo único que saben, son estúpidos. Por eso no creo estas historias.

Anónimo dijo...

Empecé un tratamiento analítico y al mes ya me había acordado de varias cosas que tenía olvidadas, pero aún no sé bien para que me sirvió esa evocación. Habrá que esperar.

Anónimo dijo...

Como explicación es redondita, pero claro, hay que dar por verdaderas varias ideas que no son muy creíbles. Yo no tengo ninguna noción de que alguna vez haya deseado sexualmente a alguien de mi falimia. Está en la naturaleza humana que eso no suceda.

Anónimo dijo...

El porcentaje de mi memoria que recuerda no llega al 1%. No retengo nada y no me acuerdo si de niña también fui así.

Anónimo dijo...

Cuando hablas de amar por lo que uno tiene, te refieres sólo a lo material? o englobas allí también la belleza, inteligencia, simpatía, en fin, los distintos encantos que puede tener una persona.

Anónimo dijo...

Las funciones mentales de mi jefe están gobernadas por el principio de autoridad.

Anónimo dijo...

Y sí, nuestros padres nos aman por lo que somos porque venimos al mundo sin tener nada, y lo que somos es parecidos a ellos. No tiene mucho mérito el amor filial.

Anónimo dijo...

Esto explica por qué mujeres que fueron hijas de padres castigadores buscan inconcientemente parejas que repiten con ellas la misma historia.

Anónimo dijo...

¿Cómo se puede recordar lo olvidado? ¿Existen técnicas en el psicoanálisis?

Anónimo dijo...

Desde chiquita quería a mis dos padres, no me podía decidir por uno o por otro. No sé si eso es lo que sucede en la mayoría de los casos o si a temprana edad ya los niños se van perfilando sexualmente por el progenitor del sexo opuesto.

Anónimo dijo...

Si los defectos de tu pareja no te causan repugnancia, entonces podés querer al otro tal cual es (lo cual no quita de que te puedas aburrir, pero eso ya es inmadurez)

Anónimo dijo...

Los niños pasan por una edad preciosa en la que piensan que sus padres son superhéroes, los mejores. Después les cae la ficha y en la adolescencia te tiran el rencor.

Anónimo dijo...

El principio del placer ha sido derrocado de mis funciones mentales. Ahora gobiernan unos principios súper aburridos que pretenden llevarme a los orígenes, cuando sólo era comer y dormir.

Anónimo dijo...

Si recordáramos las cosas tristes capaz que nos equivocábamos menos.

Anónimo dijo...

Mi sapito es precioso. No veo el día en que se convierta en mi príncipe azul!

Anónimo dijo...

De haber sabido que el amor de los padres es tan incondicional no me habría esforzado tanto.

Anónimo dijo...

¿Vieron que quieren hacer coincidir el día de San Valentín con el día de los solteros?
El matrimonio está en crisis.