lunes, 2 de febrero de 2009

Deseo no desear

Hoy estoy publicando otro artículo titulado Conozca a su oponente, donde hago un breve comentario sobre lo que en psiquiatría se llama «trastorno narcisista de la personalidad».

Es casi una norma que las patologías psiquiátricas no sean otra cosa que una característica normal algo exagerada.

Por ejemplo, en este caso, el ser humano en general tiene la autoestima dañada y reacciona comportándose con arrogancia. Si usted entrevista por sorpresa a cualquier persona normal y le pregunta: ¿El ser humano es superior a cualquier animal?, 999 de cada 1.000 le responderán afirmativamente.

No hay duda que los seres humanos somos diferentes al resto de los animales, pero es igualmente cierto que los perros también son diferentes al resto de los animales.

Y como en los artículos pasados he venido comentando diversos asuntos sobre el deseo y la necesidad, digo ahora que el deseo es algo que tenemos solamente los humanos y que puede dañarnos la autoestima porque nos pone muy inseguros al no saber qué queremos realmente.

El fenómeno del deseo podrá darnos un poco de orgullo porque junto con la capacidad de hablar son dos rasgos que nos diferencian del resto de los animales, pero convengamos en que nos llena de confusión y angustia.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuántas privaciones nos impusimos en la familia para tener un coche que ayer nos dejó en medio de una carretera desolada durante horas, sin saber para dónde agarrar, maldiciendo todas las hamburguesas que no comimos y las películas que no fuimos a ver al cine.

Anónimo dijo...

Mi novio está convencido de que se lo hago a propósito de mala que soy, pero no me entiende que a veces quiero hacerlo y otras veces no quiero de ninguna forma. A veces cambio de un minuto para otro, pero no hay caso, se enoja y no me entiende.

Anónimo dijo...

Te adoro Cecilia pero tu deseo de enjaularme para tu uso exclusivo te parecerá maravilloso pero es criminal.

Anónimo dijo...

Si seremos diferentes que hasta lo usamos como insulto. ¡No seais bestia!; ¡Más animal eres tú!

Anónimo dijo...

En otras palabras, todos somos enfermos moderados, por esos nos llaman "sanos". Me tranquiliza. jaja

Anónimo dijo...

El ser humano tiene muchas desventajas con respecto a otras especies pero no me gustaría reencarnar en ninguna de esas otras.

Anónimo dijo...

¿Cómo está tan seguro de que otras especies no desean?

Anónimo dijo...

El deseo y la libertad nos llenan de angustia, sin embargo a nadie le gusta andar por la vida sin deseos o sintiéndose esclavo. No es posible pensarse sin esas potestades humanas.

Anónimo dijo...

Bueno pero para averiguar lo que queremos realmente, están ustedes los psicólogos.

Anónimo dijo...

La pregunta sobre si el ser humano es superior, no tiene razón de ser. No veo de qué sirve estar preguntándose eso.

Anónimo dijo...

Esa abuela sí que tiene sentido práctico. Conseguiré algo así o adaptaré una para perros. No tengo prejuicios.

Anónimo dijo...

Me parece que es diferente querer que desear. El deseo viene sólo y sin pedir permiso. No siempre está alineado a nuestros valores y objetivos. Lo que queremos tiene un pasaje por la conciencia, lleva presente la voluntad y busca la armonía de nuestra persona.

Anónimo dijo...

Siempre nos tropezamos con el mismo problema: la ambigüedad del idioma, la polivalencia de los significados. Por ese lado vamos a camino muerto.

Anónimo dijo...

Al menos ud plantea la discusión entre humanos y el resto de los animales. La que estaba brava era la discusión sobre la superioridad de las razas humanas.

Anónimo dijo...

En cuanto a capacidad de adaptación, la especie humana deja mucho que desear.

Anónimo dijo...

En definitiva el deseo es un instinto más. Los animales también desean, sino cómo conocen el ruido que hace la heladera cuando la abrimos?