viernes, 27 de febrero de 2009

Lo bueno de lo malo

Nuestro pensamiento funciona muy bien con las ideas opuestas: bueno-malo, lindo-feo, rico-desagradable, etc. Esto ya es posible en las primeras etapas del desarrollo mental.

Cuando las ideas que recibimos del entorno tiene este formato, son bienvenidas, es fácil dejarlas entrar y las alojamos confiados de que es algo beneficioso. Los comics para pequeños ofrecen historias en las que hay buenos y malos, fuertes y débiles, justos e injustos, etc.

Es fácil creer que existen personas buenas y que existen personas malas. Es fácil aprender que es mejor hacerse amigo de las buenas y peor hacerse amigo de las malas. Nos podemos convertir en verdaderos soldados que combatan día y noche a las personas malas y que no paremos de ayudar a las buenas.

Con estas herramientas tan rudimentarias, podemos tener una vida pacífica aunque no podemos entender muchas cosas que suceden y que son muy complicadas para un pensamiento del tipo bueno-malo.

El deseo del ser humano no repara en bueno y en malo. Tanto puede apetecer una obra de caridad como una orgía de sexo desenfrenado.

El pensamiento simplificado en bueno y malo, se aferra con uñas y dientes a esas drásticas calificaciones y no puede entender de matices.

El pensamiento infantil (bueno/malo) no reconoce matices y sobre todo rechaza (por ser demasiado angustiantes) los estímulos caóticos del deseo. Por el contrario, se apega apasionadamente a las normas, las formalidades, las leyes, la autoridad, lo previsible, el orden.

Cuando en un adulto continúa funcionando el pensamiento infantil, queda subdesarrollado y su vida es probablemente pacífica, intrascendente, aburrida.

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16 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me quedo con el bien y el mal de la foto. Son dos potros.

Anónimo dijo...

A esta altura ya nos dimos cuenta que la bruja que nos quitó el marido nos hizo un gran favor. Una porque era un chanta, y otra porque así probamos los maridos de nuestras amigas.
¿Entendí bien?

Anónimo dijo...

Estoy en un todo en desacuerdo. Las persona que ven en blanco y negro se fanatizan. Una persona fanática podrá ser insoportable o dañina, pero nunca intrascendente o aburrida.

Anónimo dijo...

Tengo entendido que cuando los niños son pequeños es positivo marcarles con claridad lo bueno y lo malo. Se supone que luego evolucionarán y entonces seremos francos con ellos.

Anónimo dijo...

Entiendo lo que dice Alicia y estoy parcialmente de acuerdo. Igual creo que se podría educar a los niños distinto. Lo que tiene que estar claro es lo que puede hacer y lo que no. Abrir juicios innecesarios sobre lo que hacen las personas y transmitírselos a los niños como método de educación me parece perfectamente evitable.
Sería beneficioso educarlos con una mente abierta, que en lugar de dogmatizar estuviera entrenada para pensar.

Anónimo dijo...

Ud dice que el deseo no repara entre lo bueno y lo malo. Como ejemplo de malo pone "una orgía de sexo desenfrenado" . ¿Por qué? Lo único malo en esos casos es no usar condón.

Anónimo dijo...

Creo que la cosa es más complicada cuando uno acepta la ambigüedad. Las cosas son muy fáciles para un tipo de pensamiento bueno-malo. Se complica cuando uno comprende lo complejo y que nada es absoluto. Ud mismo lo proponía en "La revelación fatal" . En el ej que usted daba, el niño tolera el abandono de su madre mientras piensa que ella lo hace por su bien, y si lo hace por su bien es algo bueno. Cuando descubre que ella lo deja por una horas para ir a trabajar porque necesita desarrollar su vida personal, ahí la cosa se complica, porque surge la complejidad ¿cómo es eso de que mamá me ama y yo soy lo más importante de su vida, si necesita alejarse de mi por un rato, para sentirse plena?

Anónimo dijo...

Lo cierto es que hay personas más buenas que otras.

Anónimo dijo...

Con herramientas rudimentarias nunca se puede tener una vida pacífica. Imagine que quiere hacer una silla y cuenta únicamente con un cuchillo tramontina. Póngase a cortar la madera con ese cuchillo y después me dice si continúa pacífico.

Anónimo dijo...

Hay una etapa en la vida en que uno busca por todos los medios hacerse amigo de las chicas malas.

Anónimo dijo...

UNA OBRA DE CARIDAD NO ES UN DESEO BUENO, ES UN TRANQUILIZANTE PARA LA CONCIENCIA

Anónimo dijo...

Mi hijo nunca se apegó de niño a las leyes. Gracias a Dios hoy es un abogado renombrado, pero su apego a las leyes sigue siendo muy particular...

Anónimo dijo...

Se olvidó de unas ideas opuestas muy populares: famoso/anónimo.
¿A quién no le gustaría meterse en la piel de un famoso por un día? Claro eso es pura curiosidad porque el resultado de esa experiencia es completamente imprevisible. Lo que sí es seguro es que los famosos cada dos por tres hacen lo que sea por mantener el anonimato

Anónimo dijo...

Tendría alrededor de 10 años cuando leía historietas y me sentía un grande identificándome con los súper héroes. De pronto me convertía en un hombre con bruto lomo, muy fuerte y admirado por todos ya que siempre salvaba a los indefensos. Sentía pasión en la lucha por el mal porque esta era la fuente de mi gloria. Luego la cosa se complicó porque no puedo hacer cosas buenas que salgan en el diario. Además estoy seguro de que si salgo en el diario por algo bueno, en lugar de aclamaciones voy a tener un grupo de dicidentes.

Anónimo dijo...

Acá encontré un buen ejemplo para su planteo. Imaginemos un helado, el más delicioso. El helado es malo si tenés colesterol o diabetes o si querés adelgazar. Al mismo tiempo sucede que el helado es bueno porque es rico, tiene nutrientes, es refrescante. Por lo tanto el helado es bueno y malo al mismo tiempo. Pero ahún podemos complicar más la cosa. El helado bueno (ese que adquiere alguien con buena salud) puede tener un colorante que te produce tremeda alergia, lo cual lo convierte en helado malo. También puede pasar que ese mismo helado que ha sido tan malo para ti, sea perfecto para Juan, ya que no le produce alergia y que como sin saberlo tenía demasiado bajos los niveles de azúcar (un diabético muy responsable) el helado le vino de perillas para normalizarlo

Anónimo dijo...

¿Será que los ladrones nos vuelven más prudentes o más miedosos? ya sé que el miedo nos hace prudentes, por eso creo que me expliqué mal. Lo que quiero decir es que hay que aprender a cuidarse pero no dejarse coartar por el miedo.