lunes, 23 de febrero de 2009

«Arrésteme sargento»

El marketing enseña que para mejorar la aceptación del público es preciso parecer mejores que los competidores. Esto incluye obligatoriamente mostrarnos como diferentes al resto.

Se repite una y otra vez que las personas huimos de las responsabilidades. Es normal que si sucede algo desagradable, todos nos apresuremos a decir «yo no tengo nada que ver», «no sé, no vi, no estaba».

En una sociedad donde la mayoría somos así, entonces la forma de llamar la atención consiste en hacer lo contrario, es decir, actuar como si fuéramos culpables.

Como toda conducta artificial, impostada, teatralizada, se vuelve poco creíble.

Algunos de los motivos que pueden existir detrás de estas actitudes tan extravagantes, son:

1) Marketing: Con tal de ser diferentes y llamar la atención, se puede caer en una costosa auto-incriminación;

2) Quien dice ser culpable está señalando su protagonismo en algo. Prefiere ser culpable a no ser protagonista. El afán de protagonismo lo vemos en todos los niños que saltan detrás de un entrevistado por la televisión.

3) Además del afán de protagonismo, suele ser una forma de publicidad el amplificar la noticia de que hay mucha gente enojada con él/ella porque sus «agresivas y temerarias actitudes molestan a mucha gente ». En este caso lo que nuestro personaje publicita es su valentía para atacar los intereses de gente peligrosa.

Insisto machaconamente: Lo que somos capaces de hacer con tal de sentirnos amados, escapa a toda lógica.

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20 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi esposa siempre está echándose la culpa por cosas que no tienen nada que ver con ella y yo nunca sé cómo tranquilizarla, de que ella no tiene ninguna vinculación, pero no puedo, sigue culpándose hasta de cosas que pasan lejos.

Anónimo dijo...

Mi cuñado podría haber sido un gran escritor de novelas de cow-boy porque no para de contar historias en las que se enfrentó a tal o cual personaje poderoso, y le dijo en la cara, y el otro lo miró como para partirlo, pero él igualmente le retrucó que usted qué se cree, se lo digo a usted y se lo digo al presidente de la república también, cómo que no...

Si no fuera cómico sería patético.

Anónimo dijo...

Esto puede aclararme algo que me pasa con algunas personas con las que discuto irracionalmente porque no logro entender xq se sienten culpables de problemas que son sólo míos. Tengo un defecto físico bastante molesto y en mi familia se habla de algoholismo de genética de dramas en mi infancia. Parecería que yo no soy dueño de nada, ni siquiera de mis particularidades aunque sean defectuosas.

Anónimo dijo...

Cuando era adolescente, vi una película donde el héroe se auto-acusaba de un delito grave para salvar a su mejor amiga y después lo hice yo en la vida real. ¡Qué lío se me creó! NUNCA MAS VOLVERÉ A COMETER UN ERROR ASÍ!!!!!!!

Anónimo dijo...

Su texto me lleva a reflexionar que sentirse amado y ser alguien diferenciado de la multitud, son cosas que van de la mano. El recién nacido empieza a diferenciarse como cuerpo y como individuo a partir de los cuidados que van a ser en un futuro el prototipo de lo que entienda por amor.

Anónimo dijo...

Sentirse culpable por todo lo malo que suceda alrededor es una patología, no una impostación teatral. Lo he visto en personas gravemente enfermas.

Anónimo dijo...

Pienso que autoincriminarse sale más barato que ser culpado (justa o injustamente)

Anónimo dijo...

Lo que es a mí el protagonismo y la exposición me asustan.

Anónimo dijo...

Me hizo acordar de los líos en que se meten las divas argentinas con tal de obtener minutos de cámara.

Anónimo dijo...

A veces no se entiende para qué compiten en política personas completamente iguales. En realidad lo que se entiende es los verdaderos intereses no están puestos sobre la mesa.

Anónimo dijo...

Cuando chocás o te roban, a menudo desaparecen los testigos.

Anónimo dijo...

Es fabuloso creerse que hay un montón de gente indignada con una porque ha tocado grandes intereses, se ha metido con los grosos, ha influído en asuntos decisivos. Lo cierto es que el tipo de gente que hace esas cosas prefieren el anonimato.

Anónimo dijo...

Recuerdo como si fuera hoy que cuando estaba en 6º de escuela me declaré culpable ante la maestra para que no sancionaran al grupo. Por supuesto que lo hice con toda mala intención y logré lo que quería: que la chiquilina que me gustaba se terminara arreglando conmigo.

Anónimo dijo...

El hipoclorito de sodio es siempre hipoclorito de sodio, sin embargo se las han ingeniado para generar diferencias, por ej agregándoles perfume, y así es que logran generar competencia.

Anónimo dijo...

Las responsabilidades dan miedo y es natural, si no tuviéramos miedo seríamos unos inconscientes.

Anónimo dijo...

La ceremonia del Oscar alivia la necesidad de protagonismo en la gente del cine y en los espectadores también porque nos ponemos en la piel de ellos.

Anónimo dijo...

Nuestros deseos menos disfrazados son los de la infancia. Para quien deseó la aventura, el protagonismo y la gloria de un astronauta, es algo difícil adaptarse a un empleo público.

Anónimo dijo...

Una vez de niña me corrieron cuatro perros callejeros y yo les gritaba "perdon!". Los vi tan enojados que supuse que tenía la culpa de haberlos molestado.

Anónimo dijo...

Algunas de mis amigas engañan a sus maridos para sentirse "amadas", no porque les guste demasiado el tipo.

Anónimo dijo...

Estaba muy enojada con mi novio y le dije que él tenía la culpa de todo lo malo que nos estaba pasando, entonces él de pronto dijo "sí es cierto" y me descolocó y me dieron ganas de abrazarlo y decirle que estaba exagerando las cosas.