sábado, 14 de febrero de 2009

Este virus es antipático

Hasta donde he podido averiguar, para ser un científico no hace falta una mente brillante sino una actitud diferente a la que tenemos la mayoría de los mortales.

Agrego que para obtener resultados como científico hay que dedicarle mucho esfuerzo y tiempo a una pequeña parte del saber humanamente posible.

Y ya que estoy hablando de esto termino diciendo que para ser exitoso además de lo anterior hay que tener la suerte de que lo que se descubra tenga alguna utilidad que beneficie a alguien y que además ese alguien se beneficie publicando quién fue el inventor en lugar de robarle el invento.

Pero vuelvo al principio: la actitud que diferencia a un científico del resto de nosotros es que ellos han logrado separar en sus mentes lo que les gusta de lo verdadero.

Efectivamente, una de las debilidades de nuestra forma de pensar consiste en confundir lo lindo con lo bueno, lo que nos gusta con lo correcto, lo que nos sirve con lo verdadero.

Por ejemplo, es probable que nosotros pensemos que los virus son malos, que habría que matarlos a todos, que son un error de la naturaleza. El científico probablemente piense lo mismo pero cuando entra a su laboratorio y se pone la túnica puede pensar que los virus no son ni buenos ni malos, que forman parte de un sistema armónico y equilibrado, que sería bueno que no nos perjudicaran y que habría que encontrar la forma de conservar el sistema tan armónico y equilibrado como está pero sin que los humanos nos veamos perjudicados por dichos virus.

Como ven, los científicos tratan de negociar con la naturaleza y los no científicos tratamos de eliminar lo que no nos gusta, cueste lo que cueste.

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21 comentarios:

María Eugenia dijo...

Hola Fernando, me encantó lo que decís en esta entrada...
"..los no científicos tratamos de eliminar lo que no nos gusta, cueste lo que cueste..", genial.
Tema dos:
soy de las que cree que no se puede vivir sin hacer análisis, que se debería hablar algo de esto en algún momento en la escuela. No se si está bien o mal..simplemente asi de fuerte lo siento. (lo digo un poco en relación a este "cueste lo que cueste", lo asocié a casi todos los aspectos de nuestras vidas...

Anónimo dijo...

No hay otra forma que combatir las enfermedades. Qué vamos a hacer entonces? Todo lo que nos ataca, trata de combatirnos. Para mí que los elementos agresores inician la violencia que sólo se puede contestar con más violencia. Así es la naturaleza. No sé. Me parece a mí. Otros quizás sepan más de todo esto.

Anónimo dijo...

A mi me estirparon el útero sin más ni más y estoy ahora con unos problemas bastante preocupantes. Consulté con algunos ginecólogos muy prestigiosos (y caros) y cada uno por su lado me dijo que la decisión fue tomada en forma muy precipitada. En realidad yo los precioné a los cirujanos para que me cortaran y ahora pienso que debí ser más racional.

Anónimo dijo...

Ud que siempre habla de la naturaleza, me parece que estamos dotados para rechazar lo que nos hace daño con solo probarlo, y por eso es correcto que tengamos asociado que lo desagradable es malo. No me parece nada raro.

Anónimo dijo...

Soy de las personas que hacen "borrón y cuenta nueva" . A veces sirve, pero otras me doy cuenta de que soy demasiado drástica. Además no te podés pasar la vida siempre volviendo a empezar. Tiene que haber un tiempo de cultivo y cosecha. Lo que pasa con esa "actitud incendiaria", como dice un amigo mío, es que vivís, por un corto tiempo, la ilusión de que vas a cortar los problemas de raíz, pero eso no es más que una ilusión, porque no podemos romper la continuidad de lo que somos. Hay que cambiar, si, para mejorar, pero no andar pretendiendo que vas a volver a nacer.

Anónimo dijo...

Me gustaría dedicarme a algo bien acotado pero sobrarme en eso. Por tener aspiraciones de abarcar mucho, al final no profundizo en nada.

Anónimo dijo...

Mi tío abuelo era el típico inventor loco que hace mil aparatos ingeniosos que no sirven para mucho. Nunca hizo dinero pero era un tipo muy divertido.

Anónimo dijo...

Con lo de los virus me hizo acordar de la gente que dice que a los delincuentes hay que matarlos a todos.

Anónimo dijo...

¡Es tan fácil confundir lo que nos gusta con lo verdadero! Así es que vivimos engañándonos. Lo peor es que en ese caso los amigos no te ayudan porque por lo general te dan manija reforzándote en lo que vos querés oir.

Anónimo dijo...

Los médicos cuando se ponen la túnica añaden un chaleco antibalas.

Anónimo dijo...

Montones de veces calificamos las cosas de buenas o malas sin verdadera necesidad. De jueces y locos, todos tenemos un poco. De poetas no tanto.

Anónimo dijo...

Estoy en un todo de acuerdo. La medicina homeopática apunta a lo que ud dice, negociar, equilibrar, fortalecer, en lugar de arrazar cueste lo que cueste.

Anónimo dijo...

Cuando se junta lo lindo con lo bueno y lo verdadero es que llegaste al Paraíso.

Anónimo dijo...

Te digo que cuando los científicos llegan a su casa, se les entrevera en el cerebro todo de nuevo y son iguales que cualquier hijo de vecino.

Anónimo dijo...

La naturaleza será un sistema armónico y equilibrado, aunque también nos da sus sorpresas de vez en cuando, regalándonos terremotos, erupciones volcánicas, tsunami, inundaciones, etc.

Anónimo dijo...

¿Por qué los príncipes y las princesas de los cuentos son lindos y buenos? En realidad lo único que importa es que sean lindos, porque en esos cuentos siempre se enamoran a primera vista. Les deben de agregar de paso el que sean buenos para hacer más creíble el "y fueron felices para siempre"

Anónimo dijo...

No es que el científico piense que los virus no son ni buenos ni malos. Le importa un bledo si son buenos o malos. Los científicos no son moralistas.

Anónimo dijo...

Es verdad. Primero evaluamos si algo nos sirve y si nos sirve, acomodamos los argumentos necesarios.

Anónimo dijo...

Los inventos que más se roban son los chistes. Nadie cita el autor cuando cuenta un chiste.

Anónimo dijo...

De ahí surgen los fanatismos. Nos ponemos a pensar que lo que simplemente nos gusta al final tiene que ser lo correcto y bueno para todo el mundo

Anónimo dijo...

Ojalá mi marido se pusiera una túnica cuando llega a casa que le permitiera discernir correctamente. Llega con cabeza de trabajador explotado y cuando logra ponerse en el rol de esposo ya es demasiado tarde.