miércoles, 1 de octubre de 2008

Somos el fiel reflejo de mamá

El inventor de la heladera reprodujo algo que ya existía en la naturaleza en los casquetes polares del planeta.

El inventor del ventilador reprodujo la brisa que nos refresca.

El inventor del espejo también copió algo que ya existía en los charcos de agua.

Pero estos tres ejemplos son muy diferentes entre sí. O, mejor dicho, el tercero es muy distinto a los otros dos.

Según observaciones muy confiables, cuando el bebito está tomando la teta de su mamá y ambos se miran, es un momento sublime para los dos pero para él es además el comienzo de algo que determinará su existencia hasta el último día. Es el cimiento de su psiquis.

Todo hace pensar que él se está viendo a sí mismo en la mirada de su mamá. Esas «observaciones muy confiables» indican que cuando ambos se miran, ella ve a su hijito pero él se ve a sí mismo (recuerden que en esa etapa inicial percibe el entorno como formando parte de su cuerpo).

Cuando en el futuro se haya desarrollado su capacidad de percibir el entorno en sus diferentes partes e individuos separados de su cuerpo, su imagen en el espejo no será otra cosa que una nueva versión de lo que primero vio en los ojos de su mamá.

La situación en la cual el recién nacido asocia el alimento, con el calor, la protección, el bienestar y la mirada de la mamá, conforma el eje de la psiquis, que se recuerda cuando nos miramos en el espejo. Por eso éste es un invento tan trascendente aunque fue copiado de un charco de agua.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi padre me dijo que las mujeres de las que me enamoro siempre tienen algo de la cara de mi madre (ojos, mentón, frente, nariz). Algunas veces me di cuenta y estuve de acuerdo. En otros casos no. Es que soy muy enamoradizo.

Anónimo dijo...

Debe ser por eso que en la mitología Narciso se enamoró de sí mismo al ver su rostro reflejado en una fuente. El Edipo anda por donde lo busquen.

Anónimo dijo...

Mi máximo placer es usar el espejo en el techo que tienen los hoteles del amor.

Anónimo dijo...

Los mejores diálogos con mi esposa son cuando apoyo mi cabeza en su regazo.

Anónimo dijo...

Los tres primeros párrafos los entendí a la perfección. Después ya no.

Anónimo dijo...

Entonces cuando me miro para salir bien linda trato de copiar la cara de mi mami?

Anónimo dijo...

Ya había leído algo parecido a esto en el Estadio del Espejo de Lacan. A éste no le entendí nada pero a ud muy poco más. Debo ser yo.

Anónimo dijo...

Largo una sugerencia: Cuando las mujeres nos maquillamos, tratamos de reproducir lo que vimos en mamá cuando éramos recién nacidas y con el sistema nervioso poco desarrollado.

Agrego -de puro bruca que soy- que algunas demuestran haber tenido un sistema nervioso MUY poco desarrollado. jijiji

Anónimo dijo...

Largo una sugerencia: Cuando las mujeres nos maquillamos, tratamos de reproducir lo que vimos en mamá cuando éramos recién nacidas y con el sistema nervioso poco desarrollado.

Agrego -de puro bruca que soy- que algunas demuestran haber tenido un sistema nervioso MUY poco desarrollado. jijiji

Anónimo dijo...

Mi perro y mi gata tienen grandes problemas con un espejo que llega hasta el piso. ¿Qué pensarán?

Anónimo dijo...

Como yo también soy fanático de Wikipedia igual que ud, copio y pego algo sobre el estadio del espejo EN LOS ANIMALES.

"Para evidenciar el papel del otro en la infancia —la situación conocida como "transitivismo" en la que el niño le atribuye sus propias acciones a otros— Lacan agrega evidencia de la biología animal, donde se ha probado experimentalmente que una relación perceptual a otro de la misma especie es necesaria para el proceso de maduración normal. Sin la presencia visual de otros, el proceso de maduración se retrasa, aunque puede ser restaurado a un ritmo casi normal colocando un espejo en la jaula del animal."

¡Genial! Saludos para todos.

Anónimo dijo...

Lo que aporta Sebastián acerca del proceso de maduración en otros animales me deja de boca abierta.
Debería ser una asignatura fundamental en los planes de estudio la etiología animal.

Anónimo dijo...

O sea que cuando el bebito se ve reflejado en los ojos de su madre, guarda una imágen que luego corroborará en el espejo.
Además de percibir el reflejo de su imágen, en los ojos de la mamá, ve el rostro de ella y otras partes de su cuerpo, primero desorganizadas, desconectadas y luego unidas en un conjunto ordenado. Si el cerebro no fuese capaz de organizar esas partes que siempre se ven más o menos igual, seríamos ciegos que pueden ver.

Anónimo dijo...

Algunas veces me miro en el espejo y me veo tan mal, que seguramente debo estar recordando con mi inconciente las discusiones de mi madre con mi padre en ese momento sublime del amamantamiento.

Anónimo dijo...

Cuando miro al hombre que amo recuerdo el calor, la protección, el bienestar y la mirada de mamá.
Pena que después la mirada se me pierde por un montón de días y en una foto no es lo mismo.

Anónimo dijo...

En casa no había espejos por eso me pasaba mirando fijo a la gente, sobre todo para chequear mi peinado.

Anónimo dijo...

Como nuestro cuerpo está mayormente compuesto por agua, es que somos capaces de vernos en los demás.

Anónimo dijo...

Cuando llueve desaparece mi imágen.

Anónimo dijo...

Cuando el bebé se ve a si mismo en los ojos de la madre pero esa imágen es todavía una parte más de todas las partes que ve entreveradas de sí mismo y de su mamá...uy! para nuestro cerebro es terrorífico!

Anónimo dijo...

Percibimos porque tenemos memoria.

Anónimo dijo...

Lo más importante de la primera versión de lo que vimos en los ojos de quien acostumbraba alimentarnos, y de lo que vimos en ese rostro que acudía con más frecuencia fue la organización ojos, boca. Para no complicar las cosas: no amamante de antifaz.