martes, 30 de septiembre de 2008

Hombres hasta morir

Si pudiéramos partir de la premisa de que la única misión que tiene el ser humano es conservar su especie, podríamos acceder al siguiente punto de vista.

Lo que el psicoanálisis ha dado en llamar «complejo de castración» estaría dando cuenta de la triste condición masculina de ser especialmente prescindible. Por eso es que los varones participan en la guerra en mayor cantidad que las mujeres.

Castración en psicoanálisis no significa que al hombre puedan cortarle el pene y/o los testículos, sino que su destino —por ser más prescindible que las poseedoras de útero y senos—, es defender aún con su vida a las mujeres, a los niños, a los enfermos jóvenes y a los ancianos (en ese orden, según creo).

Sostengo esta idea porque lo veo en el resto de los mamíferos: el macho más fuerte (mejor dotado genéticamente) copula con muchas hembras y los otros quedan relegados a un inespecífico segundo plano.

En la explotación ganadera, se conservan las hembras para reproducción y se matan a los machos para comer su carne, reservando sólo uno de ellos para fecundar al resto de las hembras (estoy pensando en vacas, cabras, cerdos, conejos y reconozco que pasa algo similar con las aves de corral).

No solamente la mujer es estadísticamente más longeva que el hombre sino que además intuyo que nuestro género cumple su misión defendiendo la conservación de la especie aún con su vida.

●●●

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como prólogo para una novela de ciencia ficción.

Anónimo dijo...

Aspiraría a tener misiones un poco más relevantes. Esto de "sólo conservarse" lo encuentro demasiado pobre e insignificante. Me deprime y ud trabaja para curar. No comprendo su intención.

Anónimo dijo...

Para mi que lo que debemos dejar es un legado de amor para que lo disfruten nuestros descendientes. Es mucho más de lo que ud propone.

Anónimo dijo...

La clave es hacer que el otro esté bien. Siempre luchar para que la sociedad esté mejor. Quienes sólo se preocupan por sí mismo están condenados a la más patética de las pobrezas espirituales.

Anónimo dijo...

Tengo un hijo y no me gustaría que él tuviera que sacrificarse por los demás. No lo tuve para eso.

Anónimo dijo...

Si bien me asusta un poco esta mesión mortal, no deja de halagarme.

Anónimo dijo...

Dicen que hay 7 mujeres para cada hombre. El censo no dice lo mismo, pero quizá sea la relación adecuada si cumplimos la misión y "nos matamos" por lograr una sociedad mejor.

Anónimo dijo...

El ser humano tiene tan debilitado su instinto natural que difícilmente cumpla con la misión de la conservación de la especie.

Anónimo dijo...

Cuando las mujeres dejamos de estar en condiciones de procrear, pasamos últimas en la lista de salvataje, junto con los ancianos.

Anónimo dijo...

Castración, según ud. dice es la disposición a jugarse la vida por la conservación de la especie. Parece un motivo bastante disociado de nuestros intereses habituales.

Anónimo dijo...

Los seres humanos no se resignan fácilmente a un inespecífico segundo plano.

Anónimo dijo...

Ud. dice que la Naturaleza, en forma equivocada produce superpoblación de hombres y que para librarnos de ellos inventamos la guerra. Patético.

Anónimo dijo...

Muchas especies se han extinguido y la humana no será la última.

Anónimo dijo...

Me alegro de que en psicoanálisis, castración no signifique cortarle al hombre el pene y/o los testículos ¡con lo lindos que son!

Anónimo dijo...

Ustedes no son prescindibles ¡son imprescindibles! Y la especie que se conserve sola, y si no, que no se conserve.

Anónimo dijo...

Las mujeres no somos vientres de alquiler.

Anónimo dijo...

En la especie humana el macho más fuerte manda pero copula más bien poco.

Anónimo dijo...

¡¿Dónde están esos hombres que defienden aún con su vida a las mujeres?!

Anónimo dijo...

Yo prefiero que me coman la carne y no que me conserven para la reproducción.

Anónimo dijo...

Ojalá las nuevas generaciones puedan elegir una buena dotación genética para sus hijos.

Anónimo dijo...

El ser humano tiene la misión que él se invente.

Anónimo dijo...

Entre nosotros la costumbre es que el macho más fuerte no copule con ninguna.