jueves, 9 de octubre de 2008

Leudar en cuarto creciente

Si les cuento que me enamoré de mi esposa por cómo cocina la pizza, quizá supongan que soy un burdo primate. Bueno, sí, quizá tengan razón, pero al menos soy un burdo primate sincero, porque sé que andan otros por ahí con sensibilidad estomacal igual que yo pero que se hacen los románticos, inteligentes y espirituales.

El hecho es que mi esposa fue la primera en casarse y que el resto de las amigas del colegio estaban seguras de que ella poseía alguna fórmula secreta para lograr este milagro: gustar de un chico, que éste no sea gay, que trabaje y que se quiera casar.

Efectivamente existe una fórmula secreta que heredó de su mamá. Para que la pizza sea deliciosa hay que tener en cuenta una cierta combinación de especias en la salsa de tomate y LAS FASES LUNARES!!!

¿Porqué toda esta historia personal? Porque también se heredan las particularidades psicosomáticas.

Por ejemplo, según pudimos saber con un paciente, su pasión por la lectura y los calambres nocturnos eran propios de su papá. La medicina no pudo ir más allá de las hipótesis genéticas y con eso lo dejó sin solución porque los calambres eran una herencia maldita que no podía solucionarse. Lo consideran tan hereditario e irreversible como el color de la piel o la estatura.

Conmigo tuvo más suerte porque llegamos a la conclusión de que, así como la receta de la pizza le había servido a mi esposa para resolver un problema (la soltería), estos calambres nocturnos también eran una solución para una conflictiva sexual. El padre lo resolvía mediante los calambres y (sin saberlo) el hijo le copió el síntoma (la receta) para obtener el mismo beneficio.

Como suele suceder cuando se enuncia la causa de un síntoma de origen psicológico-inconciente, paulatinamente fueron espaciándose cada vez más los calambres hasta que desaparecieron.

●●●

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ya había sentido en una charla que los traumas se pueden heredar.

Anónimo dijo...

Las neurociencias están empezando a observar la mezcla de espíritu y cuerpo con otros ojos.

Anónimo dijo...

A veces he pensado en ponerle un poquito de cocaína a alguna comida que le de a mi novio a ver si lo termino de convencer.

Anónimo dijo...

Los médicos son bastante "gallegos" en cuestiones de la psiquis.

Anónimo dijo...

Quiero resaltar estas cuatro condiciones ideales: gustar de un chico, que éste no sea gay, que trabaje y que se quiera casar

Anónimo dijo...

Para resolver los calambres nocturnos, nada mejor que poner una tijera abierta hacia el norte debajo de la cama.

No se rían que es en serio.

Anónimo dijo...

Me dejó mi novio y estoy igual que los que perdieron todo en las bolsas de N.Y.

Anónimo dijo...

Mi papá era asmático y mi madre murió de cáncer y los médicos me tienen loco porque están convencidos que estoy en el grupo de riesgo de ambos flagelos. Son unos imbéciles y me están enfermando. Al final voy a morir de cáncer en pleno ataque de asma para no defraudarlos.

Anónimo dijo...

Me enamoré de las piernas y los senos de mi novia. Me terminé casando con ella por cómo bailaba. No sabía nada de cocinar pero después de un mes me volví a enamorar de cómo asa la carne con leños.Cruzo los dedos para que esto dure.

Anónimo dijo...

Estoy seguro de que los problemas cardíacos hereditarios son en realidad maneras enfermantes de encarar los sentimientos. En mi familia pasa eso.

Anónimo dijo...

No es que esté en desacuerdo con la creencia de que en la familias circulan conductas patológicas, pero no se olviden que se ha comprobado la existencia de más de 5.000 enfermedades dentro del genoma humano y que las leyes de Mendel siguen estando vigentes.

Anónimo dijo...

Nunca sentí que hubiera una relación entre la levadura y las fases de la luna, pero es más que lógico. Averiguaré y en todo caso meto otro comentario más adelante.

Anónimo dijo...

Si alguien de los que me conocen viene a mi chabola con una pizza así, saco del hielo una cerveza que tengo guardada para grandes ocasiones.

Anónimo dijo...

Los síntomas tranzan con el inconciente y disfrazan las cosas. Con el síntoma uno puede ir más o menos mal, pero sin el síntoma, seguro andaría peor. Blanquear el síntoma es obligarlo a decirnos que oculta o que nos quiere decir a gritos con su lenguaje simbólico. No es nada fácil una conversación franca con el síntoma, pero vale la pena intentarlo con la guía de un/a buen psicoanalista. Casi hasta me dan ganas de poner aquí mi número de teléfono, disfruto mucho desenmascarando esas construcciones complejas!

Anónimo dijo...

Ud. no es un burdo primate. Simplemente adora la pizza como yo la lasagna.

Anónimo dijo...

Estoy segura de que el amor se siente en el ritmo cardíaco, respiratorio y en los espasmos estomacales. Nada de lo humano carece de materia. Si no piensen que sucede cuando se siente mucho miedo...

Anónimo dijo...

Soy menos exigente. Me contento con que trabaje y sea bisexual.

Anónimo dijo...

Desde chico tuve muy en cuenta las fases lunares. Soy el séptimo hijo varón.

Anónimo dijo...

Mi madre tenía pasión por los amigos y los orgasmos nocturnos. Pero yo no heredé nada.

Anónimo dijo...

Mis padres y el resto de mi flia. son negros y yo salí rubio como campo de trigo. En casa no se habla del tema.

Anónimo dijo...

Acá en la costa fueron espaciándose cada vez más los calamares hasta que desaparecieron. Ahora nos contentamos con la majuga.

Anónimo dijo...

Heredé la alergia de mi madre. Por suerte aquí estamos en otoño. Lo lamento por ustedes que sufren la primavera.
Saludos a todos los yorugua, desde Barcelona !!