viernes, 3 de octubre de 2008

Fobia cibernética

La sexualidad padecía de algunos inconvenientes que felizmente están siendo superados gracias a Internet.

Para gran cantidad de personas el contacto físico es tan estimulante que se vuelve temible. Gusta demasiado y recordemos que el deseo es una fuerza extraña que nos gobierna, guiándonos hacia lugares y situaciones que pueden terminar mal (embarazos, compromisos afectivos, enfermedades, desengaños).

Para solucionar todos estos inconvenientes, el ser humano inventó la fobia. Esta actitud mental (generalmente catalogada de patología por las inhibiciones que provoca) permite al sujeto tomar distancia prudente de aquellas cosas que le producen un descontrol por exceso de estímulo.

Uno de los más conocidos —la fobia a los pequeños animales—, teatraliza el miedo al descontrolador deseo de ser penetrados por un pene. La fobia al encierro nos permite tener una reacción desproporcionada ante nuestro propio deseo de ser acorralados y devorados por alguien que nos quiere en exceso.

Como complemento de la fobia que nos pone a salvo de los peligros del deseo, ahora podemos disfrutar del ciber-sexo con el cual logramos llevar nuestras fantasías eróticas hasta cualquier altura, sin poner en riesgo el cuerpo, los afectos y con la beatífica irresponsabilidad del anonimato.

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21 comentarios:

Anónimo dijo...

Para mi las fobias siempre fueron una enfermedad y ud propone que podrían considerarse una enfermedad o no. ¡Qué raro!

Anónimo dijo...

No sé por qué me acuerdo de una palabra que aprendí hace muchos años: triscaidecafobia, temor al número 13. No me explico porque recuerdo semejante nombre.

Anónimo dijo...

Intenté una charla amorosa por chat y me aburrí al poco rato.No sirve.

Anónimo dijo...

El temor al contacto existe. A mi me desfloraron a los 19 años. ¡Que enferma que estuve!

Anónimo dijo...

Me gusta que me abracen hombres bien grandotes y fuertes. Si me duele un poquito el apretón, mejor.

Anónimo dijo...

Cuando era chica mis dos primos me dijeron de jugar a No toca botón, yo acepté y el juego era reproducir una escena en la que siempre Olmedo y Portales aprietan a Silvia Pérez.

El asunto terminó mal porque cuando sentí la dureza del pene de uno de ellos me vino un ataque de pánico y me puse a gritar como loca.

Anónimo dijo...

Los hermanos varones de todas mis amigas, siempre nos asustaron con bichos horribles que ellos agarraban con las manos. Los odié por años y ahora estoy casada con uno de ellos.

Anónimo dijo...

El sexo virtual tiene muchas virtudes. jijiji

Anónimo dijo...

Para practicar buen cibersexo es imprescindible ser bien crédulos y dejarse llevar por lo que el otro dice y hace. Los muy racionales y escépticos nunca podrían entender lo que pasa y mucho menos gozar.

Anónimo dijo...

Hace un tiempo que vengo teniendo cibersexo con una mujer que se masturba y me dice cosas impresionantes pero usa un antifaz que no me permite reconocerla. Tengo miedo que sea la madre de un amigo. Si algún día estoy en su casa y la reconozco porque me repite algo de lo que me dice por chat, no sé qué hago.

Anónimo dijo...

Pienso que si para una persona el contacto físico es tan estimulante que se vuelve temible, está ante un problema que valdría la pena solucionar. Si logra vencer ese temor disfrutará del encuentro sexual, probablemente mucho más (al menos al principio) que las personas que no padecen ese temor o fobia o apragmatismo.

Anónimo dijo...

Disfrutar el sexo sin poner el cuerpo en contacto con otro cuerpo o sin poner en riesgo los afectos...y además ud. agrega: desde el anonimato. Puede servir cuando no queda otro remedio. Pero es triste. Es muy triste perder la posibilidad de gozar con afecto junto a otro, perdiendo más que nunca el anonimato.

Anónimo dijo...

En lugar de solucionar el aislamiento, ud propone agravarlo!!

Anónimo dijo...

Para mí el gran invonveniente de la sexualidad es cuando se la ejerce sin saber para qué.

Anónimo dijo...

Si estuviese en Cabildo (penal de mujeres en Montevideo) disfrutaría de la amistad y del sexo por internet. Conociéndome, sé que apenas libre, buscaría la mano que no pude tocar, el abrazo que no pude dar, la cola que no pude pechiscar, etc.

Anónimo dijo...

¿Se debe cambiar primero de mecanismo de defensa y después intentar solucionar el problema, o hay que ir directo a solucionar el problema y ya de por sí, una vez resuelto, desaparece el mecanismo de defensa?

Anónimo dijo...

Ratas, ratones y cucarachas me producen verdadero pavor. Sé que no soy nada original y además, mal de muchos...

Anónimo dijo...

Prefiero el compromiso afectivo, aunque termine mal, a la falta de fe en el otro y por lo tanto la falta de compromiso.

Anónimo dijo...

El ciber sexo saca la calentura pero hambrea el alma.

Anónimo dijo...

No considero que la fobia haya sido un buen invento en mi vida.

Anónimo dijo...

Cuando se toma prudente distancia no se contagia nada, ni la gripe, ni el sida, ni la sífilis, ni la simpatía, ni la buena onda, ni el compañerismo...ni tampoco el amor.