Paciente: Aníbal – 19 años. Estudia. Vive con sus padres y hermana.
Analizante — Creo que me estoy enamorando de Cecilia. Menos me mira, más me gusta. ¿Será masoquismo mi enfermedad?
Mi hermana recibía llamadas telefónicas de un hombre grande todas las noches que le decía que dejara de provocarlo colgando su ropa interior en la ventana.
Parece que estaba loco pero el hecho es que un día que llamó, ella puso a funcionar el altavoz del teléfono y lo oímos todo.
Por momentos yo pensé que quizá la loca era ella y que verdaderamente colgaba su ropa interior en la ventana, pero después pude comprobar que no era cierto.
Era un hombre casado que parece que tenía antecedentes como paranoico y se le ocurrían cosas y no había nadie que pudiera convencerlo de que eran imaginaciones suyas.
Por fin se ve que se lo llevaron o se curó porque dejó de llamar.
Tengo muchas ganas de llamarla por teléfono a Cecilia y decirle todo lo que la quiero pero sin decirle quién soy yo.
Cada vez que nos cruzamos en el lobby del edificio, ella me enloquece con su perfume a jabón de baño. Todos los días se va a trabajar con el pelo mojado y un sweater que le marca los senos preciosos y me desespero.
Me imagino casándome con ella, tener muchos hijos y cuando la imagino dándole de mamar a nuestros hijos, el cuadro me enternece hasta que se me caen las lágrimas.
Estoy seguro que si algún día yo juntara el coraje suficiente para decirle cuánto la quiero ella me miraría con desprecio y ni se dignaría a contestarme. Es demasiado mujer para mí. Tiene un año menos que yo pero es de una hermosura de otro planeta.
Me vienen ganas de llorar cada vez que empiezo a ensayar cómo le diría: «Cecilia, quiero hablar contigo...» ............ me pongo a imaginar cómo continuar, y no, no puedo, no puedo.
Sé que no me animaría.
Analista — Tu mamá se llama Ana María. Estás diciendo “no me Ani-María” con la de las mamas hermosas. Cecilia no es tu mamá. Quizá no te rechace.
Analizante — ………………………………
Analista — Nos vemos el jueves.
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20 comentarios:
Este muchacho ha quedado bloqueado ante el cruel NO experimentado durante el Edipo. Que se anime con Cecilia, pero eso sí, después el Licenciado que siga con la historia, quiero saber el final!
Mejor que Aníbal deje las lágrimas, porque va a tener que endurecerse, si quiere criar tantos niños.
Aníbal, es muy difícil encontrar una mujer que de un no, mirando con desprecio. Si Cecilia es una de esas poquísimas mujeres, por más bonita que sea, le aseguro que no vale la pena.
Cosa que me gusta, el perfume de las mujeres recién bañadas...aunque cuando llegan de la guerra, también tienen su encanto.
Es una buena estrategia la de declarar el amor por teléfono y sin dar el nombre. El misterio es una linda manera de comenzar.
A mí me enloquece la vecina cada vez que me la cruzo en la volketa de la esquina. A menudo coincidimos cuando vamos a tirar la basura.
SI LA MINA MIRA CON DESPRECIO Y NO CONTESTA, NO VALE NI UN RATITO DE FANTASÍA
Si fuese el analista de Aníbal le señalaría que tiene sus emociones a flor de piel.
Hay una prenda de mi marido que me exita: una vieja leñadora escocesa. En cuanto a su ropa interior, estando lavada no me llama la atención...
La chica de la foto es muy bonita. El detalle que más me atrae es una tontería, me gusta como se toma las manos por delante de su pubis.
¡Pobre chico! 19 años, una hermana adolescente y una infartante vecinita de 18. Está cercado!!
Me gustaría sentir la emoción de que alguien grande esté loco por mí. Quizá si lo experimentara, me daría miedo, pero en la fantasía es excitante.
¡Qué bueno el final! Claro que estas cosas sólo pasan de vez en cuando en la realidad y todas las veces que un escritor quiera en la ficción.
Algunos varones piensan muy mal de nosotras y por eso se achican cuando en realidad nosotras quisiéramos que fueran más audaces. Que si se van a equivocar, que pequen por exceso pero no por defecto como hacen la mayoría.
La novia que más me marcó usaba dos tipos de jabón diferentes. Uno para en la ducha y otro en el bidé. ¡Deliciosa! ¡Nunca podré olvidarte!
Mis viejos siempre me dicen que la vida para los jóvenes sí que es fácil. Se olvidó o no tiene ni idea.
Yo me vengo enamorando desde que tengo uso de razón y siempre tengo el mismo problema: me desespera que ellos no se animen. ¿Por qué son tan lerdos? ¡Ya no sé cómo tirarles onda!
Los varones tienen demasiado problema con sus madres y sus madres son unas brujas que los educan para retenerlos. Por eso son tímidos, apocados. Tienen miedo de que la madre se enoje o les haga una escena de celos. Muchas veces les hacen chistes ofensivos.
Aníbal piensa que Cecilia lo va a cortar con desprecio porque algo de eso habrá hecho la madre cuando él se puso demasiado cariñoso y a la madre le saltó la térmica.
ESCRITOR DE NOVELAS, tiene que sacar a la luz ese talento.
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