viernes, 1 de febrero de 2008

Neurotransmisores - Gragea Nº 36

El temor a la soledad es temor a sí mismo.

O también: Cuando uno es el mejor amigo de sí mismo, no le teme a la soledad.

O por el contrario: cuando uno es el peor enemigo de sí mismo, le teme a la soledad, es decir, a quedarse a solas con su peor enemigo.

Asimismo: las personas le hablamos a quienes pensamos que nos van a comprender y no le hablamos a quienes nos van a censurar.

Cuando tenemos que estar entreteníendonos permanentemente con algo (un trabajo, la tele, hablando-hablando-hablando) es porque el diálogo interior está complicado. No es lindo hablarnos porque seguro que nos vamos a regañar.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora que lo leo, reconozco que me habitan demonios. Sólo aparecen cuando saben que estoy sola. No los llamo: sólo aparecen y me dan miedo. Desde chica que me pasa. Son como pesadillas pero estando despierta. Mi madre me dice que los cerebros jóvenes trabajan mucho y que producen ideas inútiles y molestas.

Anónimo dijo...

Mi madre no para de trabajar y ella dice que lo hace para no pensar.

Como vivo desconfiando del capitalismo y soy muy paranoica, a veces me pregunto si las noticias alarmantes que aparecen de continuo por la tele, no estará puestas ahí para que la gente se atormente y luego trabaje y trabaje para olvidarse de lo que dijo el noticioso.

¿Me estoy persiguiendo mucho, no?

Anónimo dijo...

Me interesó el párrafo verde xq ya me di cuenta que la gente le cuenta cosas a quien sabe qué le van a decir. Yo le pregunto cosas a mi padre xq si se las ? a mi madre o a mi hno seguro salgo mal. Me siento un gran descubridor porque mi hermanita no elije a quien hablarle y así le va.

Anónimo dijo...

Tengo 46 años y siempre viví en casas llenas de gente. Es más, vivimos en tres casas contiguas y los fondos se comunican. Es difícil que hayamos menos de 5 personas. Cuando me siento mal, me junto con por lo menos algún otro. Si estoy deprimido pienso (para empeorarme, supongo) qué sería de mí si algún día quedara totalmente solo. Por algo parecido me resultó aterradora esa novela de Saramago que habla de la ceguera.

Anónimo dijo...

Yo tengo miedo a la soledad pero me parece que no es porque me tenga miedo a mi mismo sino porque el ser humano es un animal gregario y cuando está fuera de su manada es lógico que se sienta mal. También está el caso de Robinson Crusoe, famoso navegante que le llenó la cabeza de increibles fantasías a nuestros abuelos, pero no deja de ser una novela original.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo con eso que se dice de que nos tenemos miedo. Para mí que esto es absolutamente normal en el ser humano y me baso para asegurarlo seriamente en que a los presos se los pone aislados cuando se los quiere castigar con más saña.