lunes, 25 de febrero de 2008

Dictadura popular

Uno de los múltiples servicios que entrega la medicina es imponer regímenes muy severos, especialmente disfrutables por quienes anhelan inconcientemente perder la libertad que los sobrecarga de responsabilidad e incertidumbre.

Cuando digo inconcientemente estoy diciendo que esto no es conocido por quien lo realiza (es decir, por quien lo disfruta).

Se agrega la particularidad de que además de ser inconciente también esta explicación es negada porque el disfrute no se daría si se conociera (si dejara de ser inconciente) o si se aceptara su existencia (se asumiera el deseo de perder libertad para ganar irresponsabilidad y certidumbre).

¿Para qué me sirvió leer este artículo? Para que todo siga igual o para que por ahí aparezcan formas más directas de disfrutar de la vida. Lo importante es aumentar la calidad de vida sin perjudicar a terceros y con los procedimientos más eficientes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy una de esas. Lo confuieso porque nadie me conoce. Adoro que el médico me de ordenes, que me cuide, que se preocupe por mi, que esté pendiente de mi cuerpo, que me lo mire, que lo toque, desearía que lo acaricie. y si es una doctora también. quiero muchas ordenes y muchas caricias. quiero ser objeto de alguien tan importante como es un médico. los adoro a cualquiera que se vista de blanco y tenga un estereoscopio.

Anónimo dijo...

Además de imponer regímenes muy severos, los impone bajo amenazas terribles porque la mayoría incluyen la advertencia de que si no se llegan a cumplir las órdenes ocurrirán males terribles de los cuales la muerte no es el más importante porque la ceguera, la invalidez, la pérdida de control de esfínteres, la fealdad más ofensiva parecen ser mucho peores que la muerte.
Mucha túnica blanca como si fueran palomas de la paz pero son de terror.
Esto no es un crítica, sólo es una crítica para los masocas que les piden más y más ensañamiento.

Anónimo dijo...

desde que me di cuenta lo inexistente que soy en realidad para mi médico, ya no encuentro placer en que normativise mi vida

Anónimo dijo...

está difícil eso de aumentar la calidad de vida sin perjudicar a terceros y con los procedimientos más eficientes. si supiese cuáles son esos procedimientos me consideraría una persona sabia

Carlos dijo...

para mí este artìculo fue como una clase de psicoanàlisis. Siempre digo a ud. lo mismo pero es que verdad, expresa ud. de manera muy bien condensada lo que podrìa decirse: la direcciòn de la cura.

Saludos