jueves, 27 de septiembre de 2012

Las explicaciones mitológicas





Porque conocer las causas de todo nos alivia la incertidumbre, es que la humanidad ha creado relatos que intentan explicarlo todo.

Quizá muchos pueblos antiguos no pudieron sustraerse a inventar relatos que explicaran por qué las cosas son como son.

A muchas personas les interesa saber para qué nacemos, dónde iremos después de morir y se interrogan sobre para qué es todo esto.

Una respuesta inmediata pero insatisfactoria dice que el problema no está en lo difícil de encontrar una respuesta convincente sino en que la pregunta es improcedente, inadecuada, incorrecta.

De forma similar a como aceptamos que una botella de Coca-Cola empequeñezca a medida que se aleja de nuestros ojos sin que por ello pensemos que a dos metros contiene un litro y que a cien metros contiene diez veces menos líquido, también podríamos entender que hay preguntas que parecen lógicas pero que no lo son.

Por ejemplo, tanto podríamos admitir lo del achicamiento «objetivo» de la botella como que no todo tiene principio y fin.

Pero estas dudas son desequilibrantes porque nos llenan de angustia, incertidumbre, inseguridad. Nuestro pensamiento se estabiliza cuando le encuentra respuesta a cualquier pregunta, formando un gran relato donde todo queda explicado.

Quizá el primer gran relato que conocemos en occidente es la mitología griega.

Está compuesta por muchas historias sencillas, fantásticas, voluntaristas, ingenuas, mágicas, encantadoras, fascinantes.
¿Usted sabe por qué tenemos que ir a la escuela y al liceo? Por culpa de Epimeteo (1).

A este personaje mitológico se le encargó distribuir las características esenciales para la supervivencia (fuerza, velocidad, astucia, etc.) entre los animales recién creados.

El muy tonto repartió todo lo disponible y se olvidó nada menos que del ser humano. Cuando su hermano Prometeo, notoriamente más inteligente y mejor administrador, se dio cuenta nos asignó la habilidad para estudiar y aprender.


(Este es el Artículo Nº 1.700)

10 comentarios:

Rulo dijo...

Prometeo nos asignó la habilidad para estudiar y aprender pero también nos dio el fuego para quemar libros y apuntes.

Luis dijo...

El relato es necesario para llenar los huecos vacíos u oscuros de nuestra vida. Escribir la propia biografía nos brinda una ilusión de unicidad, coherencia, hilo conductor, identidad. Otro aspecto es que al repensarnos desde nuestros orígenes, podemos plantearnos preguntas que nos conduzcan a descubrir más cosas de nosotros mismos.

Lautaro dijo...

Preguntarnos podemos preguntarnos todo lo que se nos ocurra. De pronto en determinado momento hay preguntas que no tienen sentido, o no se pueden responder, o están mal formuladas. A mí siempre me ha parecido absurdo preguntarse acerca de ¨para qué estamos¨. Como si hubiera una misión programada para nosotros. El para qué estoy se los responderá cada uno en cada momento de su vida.

Gabriela dijo...

Es muy cierto que la botella de Coca Cola se achica a medida que se aleja. Se achica hasta el infinito. Yo me siento en la cabecera de la mesa y cuando la Coca llega a la otra cabecera se ha empequeñecido tanto que ya no le cabe ni el contenido.

Elena dijo...

Dicen que el post-modernismo se caracteriza por la pérdida de los grandes relatos que todo lo explicaban. Ahora admitimos que la realidad no puede ser explicada desde un sólo punto de vista, sino que cada vez aparecen más puntos de vista posibles para estudiarla. La transdisciplina y la polidisciplina es una realidad que se impone con fuerza. Modelos provenientes de la astrofísica son aplicados a las ciencias humanas, por ej. Sabemos que los especialistas pueden explicar una parte y que la suma de las partes no es lo mismo que el todo sino que lo trasciende.

Enrique dijo...

A Epimeteo le fue encomendada la principal tarea: distribuir las características esenciales para la supervivencia. Ese es el mandato natural de todo ser vivo.

Tiago dijo...

Si Epimeteo le dio la astucia al zorro (un suponer), y dado que el lobo es primo del zorro, podemos concluir que el hombre lobo es un tipo astuto.

Ernesto dijo...

Yo me preguntaría por qué las cosas no son de otra manera.

Facundo Negri dijo...

Nacemos para vivir y reproducirnos. Es probable que después de morir pasemos a formar parte de la madre tierra y nada más. Y todo esto no tiene un para qué ninguno. El para qué es una pregunta humana. De la naturaleza toda, la humanidad debe ser un 0,0000000000000000000000001% así que podemos decir que a la naturaleza no le interesan los para qué.

Marcia dijo...

Los psicoanalistas buscan el origen y el porqué de las conductas humanas. Tarea entretenida, fascinante, que puede ser útil pero que para nada agota las preguntas ni las explicaciones. Eso es obvio,¿no?.