La «violencia doméstica» quizá ocurre, entre otros motivos, porque existen varones que se prestan a ser verdugos de mártires vocacionales.
Nadie sabe por qué ocurre la violencia
doméstica, sin embargo, quien más quien menos, tiene su teoría.
Yo también tengo algo para opinar:
1) Una mayoría de seres humanos aman a Jesús
Cristo, entre otros motivos, porque fue víctima de una injusticia a manos de
gente repudiable. Como todos queremos ser amados eternamente (como a él), no
sería extraño que muchas personas, sin darse cuenta, favorezcan las condiciones
para convertirse en mártires, esperando a cambio la misma «suerte» de Cristo: el amor por siglos, como
si no hubiese muerto.
En suma: la violencia doméstica podría estar
provocada, o al menos favorecida, por el afán de algunas mujeres de ser
mártires que funden una religión.
2) La
palabra «doméstica» colabora para que el fenómeno continúe en tanto nuestra
cultura «familiera» ama todo lo doméstico: las tareas, el vínculo, los
animales. Si nos empeñamos en decir «violencia doméstica» estamos aceptando
inconscientemente la simpatía que nos despierta esta aberración.
3) Una
mayoría seguramente siente simpatía por la mujer golpeada, humillada,
maltratada. Es la heroína de una telenovela que irresponsablemente se imaginan
muchos amantes de la ficción realista. La propia víctima puede imaginarse que
todo su calvario no es más que el antecedente de un triunfo «telenovelístico».
4) ¿Por qué
nunca escuchamos lo que tienen para decir los «golpeadores»? Según creo, es tal
la afinidad que todos sentimos con ellos, que nos imaginamos que con
repudiarlos nos alcanza para diferenciarnos, pero eso sí, no necesitamos
escucharlos porque «ya sé lo que van a decir»... porque «ya escuché al verdugo
que anida en mi psiquis».
5) Una
prueba de que todas estas suposiciones podrían tener algo de cierto es que
ninguna sea aceptada como probable.
(Este es el
Artículo Nº 1.678)
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9 comentarios:
Es muy fuerte lo que ud. está planteando. Que inconscientemente, en múltiples ocasiones, busquemos ocupar el lugar del mártir, no sé si da para decir que ese es el lugar en el que se ubican las mujeres, niños y viejos, víctimas de violencia doméstica.
De verdad que es curiosa la denominación de ¨doméstica¨, referida a la violencia. Es claro que el significado que le damos todos es: violencia ocurrida en el hogar. Pero tiene razón, la palabra doméstica también connota adiestramiento, orden, refugio. ¿Será posible que a través de la violencia, algunos individuos encuentren su forma de estar en el mundo? (me refiero tanto al agresor como al agredido).
No escuchamos a los agresores porque ¨ya sé lo que van a decir, ya escuché al verdugo en mi psiquis¨. Concuerdo ampliamente con esta idea. Si la violencia surge del vínculo entre dos o más personas, para buscarle una solución habrá que analizar el todo, no sólo a la víctima.
La verdad que dan para sospechar todas las ideas que de pique son consideradas improbables. Por algún motivo no se quieren escuchar.
También puede ser, Yoel, que no se quieran escuchar porque son disparatadas.
Si apartás por un momento tus creencias o tu fe, e intentás abrir la cabeza a otras formas de ver, quizás podrías hacer más fructíferos tus pensamientos.
Lo que tú me pides Yoel, es imposible. No puedo desprenderme de mi misma para pensar.
Las madres que vociferan todo lo que se sacrifican por sus hijos, está claro que están descontentas. Quizá esperaban que los hijos les pagaran con la misma moneda. Por cierto no era un sacrificio desinteresado.
Yo apoyo la opinión de Gabriela. Si bien su planteo me parece muy atendible, pienso que no es aplicable a la totalidad de los casos. De pronto tampoco es esa su pretención. Si es así, si ud. está hablando sólo de algunas situaciones, entonces estamos de acuerdo.
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