
Un cónyuge que desea ser infiel, evalúa la gravedad de la
acción de forma mucho menos grave que el otro.
Una frase
que diga: «La unión monogámica es un acuerdo colaborativo aunque de perjuicio
mutuo», probablemente haría pensar que contiene ideas eruditas, densas,
profundas.
En realidad
no es más que una idea sencilla redactada de forma rebuscada.
Trataré de
simplificarla para quitarle esa oscuridad que dificulta entendernos usted y yo.
«...es un
acuerdo colaborativo», porque esencialmente nos juntamos para ayudarnos, para
gestar hijos, para complementarnos en las variadas tareas que requiere mantener
una familia: limpiar, reparar, cocinar, conseguir recursos económicos para
comprar insumos alimenticios, combustibles, cubrir los costos de alojamiento, y
todo lo que habitualmente hacemos en un hogar.
«...aunque
de perjuicio mutuo», pretende describir todo aquello que disfrutábamos cuando
éramos solteros, estudiantes, huéspedes en la casa paterna.
Esta
promesa de abstención es muy dura, difícil de sobrellevar, especialmente porque
en lo más profundo del corazón anida una idea muy fuerte: «quiero satisfacerme
pero no soportaría que mi cónyuge también lo hiciera».
El punto
más complicado refiere a la primera parte de la frase: «La unión
monogámica...».
Cada
integrante de la pareja puede desear tener relaciones extraconyugales y se da
cuenta que eso no perjudicaría objetivamente al otro.
Si alguno
de los dos planteara esa posibilidad, casi seguramente encontraría una férrea
oposición. Es bastante realista entonces que aquel integrante de la familia que
decida tomar la iniciativa, tenga que mentir, engañar, traicionar, siempre en
la convicción de que no está haciéndole daño al otro y que un planteamiento
explícito contaría con un categórico «¡no, ni se te ocurra!»
Aunque
estamos hablando de palabras terribles como son mentir, engañar, traicionar,
cada cónyuge infiel se sentiría honesto, casto, inocente, pensando «Solo
sufriría enterándose y ¿qué tiene de malo si la/lo sigo amando?»
(Este es el
Artículo Nº 1.693)
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12 comentarios:
Reservarse por entero a una persona en todo lo referente a lo sexual, puede querer significar que existe una parte de nuestra vida que sólo compartimos con la persona elegida. Así como existen aspectos íntimos de nuestra persona que no deseamos compartir, también puede suceder que haya un aspecto de nuestra forma de vincularnos con los otros que querramos reservar sólo a una persona. Es como plantear: tú sos para mí tan íntimo, en lo que refiere a un sector de mi vida (el sexual) como lo soy para mi mismo en mis secretos, con lo que no comparto con otros, ni siquiera contigo.
Lo que plantea Rosana es difícil de apresar con palabras. Es como tratar de decir lo indecible, transmitir un sentimiento metalógico usando un lenguaje estructurado.
Quisiera ser Rosana pero me da miedo.
Yo traté de exponer una idea, no estoy hablando de mí misma.
Le encuentro una lógica impecable a lo que dice Fernando. El matrimonio monógamo trae aparejado violencia, egoísmo, pérdida de libertad.
El engaño se da porque uno no quiere herir al otro y tampoco sentirse perjudicado por limitaciones que aceptó cuando no sabía a qué contrato se estaba apegando.
Lo ideal es no engañar a quienes se ama. También lo ideal es no autoengañarse. Y amarse a uno mismo. Por eso el matrimonio monógamo no es buena idea.
La parte que no cierra es que a uno le gustaría engañar pero no ser engañado. Cuando las diferencias entre el comportamiento esperado en el terreno sexual, entre el hombre y la mujer eran notorias, los hombres sentían natural esa contradicción. No la veían como contradicción.
Para ponerse limitaciones al placer tenemos que tener una motivación fuerte. Un mismo comportamiento -en este caso la monogamia- puede estar motivado por razones diversas.
Cuando hablamos de gustos, sentimos que no tenemos por qué dar explicaciones. Nos gusta o no nos gusta y punto. Eso no quiere decir que no hayan explicaciones posbiles, sólo quiere decir que a nadie le interesa conocerlas. A nadie le interesa demasiado por qué me gusta la tarta de frutillas; a mí tampoco.
Si se trata de optar por la monogamia o no, ahí sí interesa el por qué y las motivaciones porque está involucrado un vínculo amoroso importante.
La limitación del placer que nos autoimponemos es voluntaria. Eso no significa que sea libre. Asumiendo que no es libre, podemos afirmar que depende de cada ser humano, de cada cuerpo.
No sólo que las relaciones extraconyugales no perjudican al otro, sino que además benefician la relación con ese otro. Así como es mejor contar con 4 o 5 amigos, que con uno solo, es mejor contar con más de un amor.
Si tenemos un sólo amigo nos perderemos de conocer a muchas personas valiosas. Lo mismo pasa si tenemos un solo amor.
Podríamos tener unos cuantos amigos y un solo amor, pero son relaciones distintas. Una cosa son los amigos y otra los amores.
Así que tener más de un amor, beneficia a esas personas que amamos porque volvemos a ellas enriquecidos.
Cuando Rosana habla de reservarse en lo sexual a una persona, no es precisa. ¿Qué quiere decir con lo sexual?. ¿Habla de intimidad?. Las mujeres solemos compartir más intimidades con la mejor amiga que con nuestro esposo. ¿Qué tipo de intimidad? ¿La de los cuerpos desnudos? ¿Qué tienen de particular los cuerpos desnudos? ¿Qué es lo que esconden?
Los cuerpos desnudos esconden la prohibición. Los cuerpos vestidos nos ayudan a olvidar los deseos incestuosos.
Cuando estamos desnudos con otro que no es ni nuestra madre ni nuestro padre, dejamos de esconder la prohibición del incesto. La actuamos. No la ponemos en palabras ni la imaginamos. Hacemos el amor.
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