viernes, 7 de septiembre de 2012

La memoria y el olvido





Son nuestras dificultades mentales (patologías, disfunciones, inmadurez) las que determinan que algunos recuerdos nos parezcan insoportables. Por esto, una mente realmente sana, no necesita olvidar nada.

Cuando tenemos que hacer una mudanza de objetos de un lugar a otro, nos organizamos para hacerlo teniendo en cuenta nuestra fuerza total y nuestra resistencia a la fatiga.

Algunas personas prefieren empezar acarreando lo más pesado primero para aprovechar la ausencia de cansancio y dejan para el final lo más liviano, suponiendo que tendrán menos energía disponible.

Llegado el caso, algunas cosas podrían no ser desplazadas si la fuerza se nos agota.

También podría ocurrir que los objetos más «antipáticos», los que nos traen malos recuerdos, los que siempre nos parecieron horriblemente feos, queden abandonados «sin querer» para provocar un extravío involuntario que nos quite de la vista esa cosa desagradable.

A nivel psíquico es posible pensar en algo similar a lo que comenté para el desempeño muscular.

Nuestra mente tiene diferente disposición para atender, conservar, cuidar las ideas, los conocimientos, los recuerdos.

Hay una diferencia esencial entre la capacidad muscular y la capacidad mental: esta última es infinitamente superior a la primera, pero sin embargo muchas personas no utilizan toda la potencialidad disponible.

Algunos de los motivos refieren a la represión, la negación, la censura.

Si apelamos a lo comentado sobre el traslado de varios objetos de diferente peso, en este caso tenemos que referirnos a la conservación o no de vivencias de diferente carga afectiva.

Efectivamente, así como la represión, la negación y la censura quitan de nuestra conciencia ideas, pensamientos y sentimientos desagradables, la memoria parece ser la encargada de ejecutar esas decisiones.

Son nuestras dificultades mentales (patologías, disfunciones, inmadurez) las que determinan que algunos recuerdos nos parezcan insoportables. Por esto, una mente realmente sana, no necesita olvidar nada.

(Este es el Artículo Nº 1.681)

9 comentarios:

Andrés dijo...

Una mente que no olvida nada recuerda sin priorizar. Esta característica supongo que dificulta la vida.

Verónica dijo...

Recordar para no volver a repetir los mismos errores, no es un mal consejo, pero parece algo voluntarista. si nuestra psiquis realmente necesita olvidar, olvidará.
Y recordar para mantener vivo el rencor y la sed de venganza... no es la forma de vida que yo elegiría para mí.

Lucía dijo...

Los recuerdos de amor, son recuerdos que propician nuestra salud. Cuando recibimos y estamos en condiciones de dar amor, vemos nuestro entorno con menos persecuta, con más alegría, vemos buenas intenciones en la gente... en definitiva: nos colocamos frente a nuestra realidad con una actitud positiva, que muy probablemente nos traiga buena vida.

diana dijo...

Los olvidos en las mudanzas son clásicos. Parece que nuestra mente aprovechara esos momentos de cambio para dejar atrás cosas de las que más vale no acordarse.

Javier dijo...

Dicen que para olvidar un amor hay que sustituírlo por otro.
Eso no siempre da resultado.

Mariana dijo...

Olvidar lo que no deberíamos olvidar, es como una traición que nos hace la cabeza. Nos hace sentir muy inseguros.

Anónimo dijo...

Mi marido siempre se olvida de nuestro aniversario. Ud me confirma lo que yo siempre pensé. El no es un tipo sano.

Rubén dijo...

No es tan simple eso de los aniversarios, andá a saber por qué los olvida. No hay una explicación única para todos los casos.

Gabriela dijo...

Como dice Laura Canoura: ¨se me olvidó que te olvidé¨. Esos olvidos rotundos, cuando se nos vuelven a colar en la memoria y reaparecen como recuerdos, duelen mucho.