martes, 18 de septiembre de 2012

El suicidio como enfermedad terminal





El determinismo nos permite suponer que no hacemos nuestra voluntad y que un suicida hace lo que no podría evitar.

El suicidio es muy angustiante para quienes queríamos al suicida y más penoso aún si suponemos que él nos quería.

Si contábamos con ese amor, constituye una fuerte desilusión entender que en realidad tanto no nos quería porque de habernos amado como imaginábamos, ¿cómo puede ser que se haya privado de nuestra compañía, amistad, existencia?

Por el contrario, cuando alguien muere por causas ajenas a su voluntad, sentimos un dolor más puro, menos suspicaz y hasta veneramos con mayor intensidad a quien la muerte lo apartó de nuestro lado, seguramente muy a pesar suyo, él quería quedarse para seguir amándonos pero un triste accidente lo privó de nuestra existencia.

En muchos casos tenemos que hacer un esfuerzo especial para no condenar abiertamente a quien se quita la vida. Es tan grande el esfuerzo que ya mucha gente, cuando habla con los deudos del fallecido, se anima a indagar si tiene sentimientos positivos o negativos hacia él.

Todos estos fenómenos ocurren porque popularmente creemos en el libre albedrío y no creemos en el determinismo.

Efectivamente, la ciencia, que tampoco puede abandonar su creencia en el libre albedrío, se queda con la explicación de que el suicida es una persona que cometió un acto voluntario y responsable. Con la premisa del libre albedrío es posible suponer que el suicida es en realidad en condenable homicida, por más que la víctima de su crimen haya sido él mismo.

Quienes descreemos del libre albedrío estamos mejor posicionados para suponer que los suicidas son personas afectadas por una enfermedad terminal, tan efectiva como cualquier otra.

El determinismo nos permite suponer que no hacemos nuestra voluntad y que un suicida hace lo que no podría evitar.

(Este es el Artículo Nº 1.691)

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Perdí a mi esposo cuando nuestro hijo tenía 8 años. Él quedó muy enojado con su padre, sentía que lo había abandonado. Mi esposo murió de un síncope.

Darío dijo...

Pienso que un suicida hace lo que no pudo evitar en ese momento. Si sale de la situación en la que se encontraba, probablemente no vuelva a intentar suicidarse.

Mª Eugenia dijo...

¿Existirán genes suicidas? A veces hay familias en las que encontramos muchos suicidas.

Mariana dijo...

Me parece que lo de las familias que plantea Mª Eugenia no es algo determinado genéticamente, además creo que por algún lado leí, que hasta nuestra carga genética se modifica como se modifica todo nuestro cuerpo. No sé, de pronto esto último es un disparate y no lo leí en ningún lado. Sólo lo imaginé.

Alejandra dijo...

Para mí que cuando hay familias en donde varios de sus miembros se quitaron la vida, quien integra ese núcleo siente que esa es una salida conocida. Para los que ven al suicidio como algo totalmente ajeno, probablemente sea más difícil elegir esa opción.
No puedo dejar de ver el suicidio como una decisión personal y un derecho. Más allá de que esté multideterminada.

Ingrid dijo...

Puede que el suicidio sea el correlato de una enfermedad terminal. Si es así todavía no hemos podido describirla. Conocemos algunos de los prolegómenos, pero no podemos determinarla de antemano con certeza. Puede también que existan enfermedades imposibles de prever, al menos desde los conocimientos que tenemos y que imaginamos podríamos llegar a tener en un futuro más o menos cercano.

Anónimo dijo...

Si alguien que nos quiere, se quita la vida, nos sentiremos decepcionados -además de muy tristes, por supuesto-. Sé por experiencia propia que podemos intentar suicidarnos aún queriendo a muchas personas. Lo que no sé es si uno puede llegar a hacerlo efectivamente, cuando quiere a otros. Una cosa es intentar y otra es consumar.

Inés dijo...

Supongo que sentirse amado es un seguro contra el suicidio.

Gabriela dijo...

Yo no aseguraría nada. Puede que alguien que se siente amado y ama, se suicide. Podría pasar que uno no quiera ser una carga para otros, para otros que ama. En ese caso, desde mi punto de vista, esa persona se está equivocando. Cuando se ama a alguien, estar a su lado en los momentos decisivos no es una carga.

Facundo Negri dijo...

No será una carga pero es un dolor por el que uno no quiere volver a pasar.