sábado, 15 de septiembre de 2012

Congreso carcelario



Los congresos que organizan y pagan los empresarios o profesionales tienen semejanzas con las reuniones en cárceles de los delincuentes.

Veamos algunos datos que necesitaré para compartir con ustedes un comentario.

Las dos primeras definiciones que ofrece el Diccionario de la Real Academia Española (1) de la palabra «congreso», son:
1. m. Junta (reunión) de varias personas para deliberar sobre algún negocio.
2. m. Conferencia generalmente periódica en que los miembros de una asociación, cuerpo, organismo, profesión, etc., se reúnen para debatir cuestiones previamente fijadas.
La organización de un congreso, junta o reunión, demanda de los involucrados varias cualidades, tales como: creatividad, imaginación, previsión, elasticidad, orden, energía, adaptabilidad, paciencia, buen humor, condiciones físicas saludables.
Quienes organizan un congreso, deberán contratar los servicios de algún hotel ubicado en el lugar más cómodo para la tarea y para el acceso de los participantes, con instalaciones adecuadas para reuniones generales, para reunión de pequeñas comisiones, lugares de descanso, esparcimiento, sin olvidar que los costos sean razonables para las posibilidades de pago de los intervinientes.

Existen expertos en gestionar todo lo concerniente a la organización y puesta en marcha de congresos, que como corresponde a la mentalidad de quienes acostumbran concurrir a estos eventos, tienen una pomposa denominación, (sigla incluida): Organizador Profesional de Congresos (OPC).

Con estos elementos, solo me resta comentar que, con algunas variantes, los ciudadanos castigamos a nuestros delincuentes organizándoles un prolongado congreso (duración de la condena), pagándoles todo lo necesario, poniendo a  disposición de los asistentes (reclusos) las instalaciones carcelarias que hemos construido a esos efectos.

El hecho que existan unos congresos lujosos (organizados y pagados por empresarios o profesionales) y otros menos lujosos (impuestos y pagados por la sociedad para el perfeccionamiento de los delincuentes), no es suficiente para concluir que son totalmente diferentes. Son bastante parecidos.



(Este es el Artículo Nº 1.689)

9 comentarios:

Catalina dijo...

JAJAJAJA!!!! Al menos a la primera leída parecen muy semejantes!

Norton dijo...

No se olvide que los asistentes a un congreso pueden pasear por la ciudad.

Morgana dijo...

Cuando los reclusos quieren dar un paseo por la ciudad, tienen que pagar para que alguien les haga el favor de abrirles la puerta. Igual que los profesionales cuando asisten a congresos. Tienen que pagar para que les abran la puerta del hotel. Para peor tienen que abonar puntualmente, sea que salgan o sea que entren. Los reclusos sólo pagan cuando salen.

Efraín dijo...

En un prolongado congreso carcelario uno puede dedicarle bastante tiempo a pensar. Podés por ej, salir con un título universitario. No pasa lo mismo en los congresos tradicionales. En un congreso no pensás casi nada y aprendés muy poco, pero confraternizás, que no es poca cosa.

Lola dijo...

Adoro los congresos Efraín!! Además viste que siempre los hacen en primavera. La mejor estación del año!!

Luján dijo...

Ustedes se toman a broma el problema de las cárceles. Se trata de cosas muy tristes y muy trágicas. Me choca muchísimo esa actitud maníaca que están teniendo.

Violeta dijo...

Protegernos de los delincuentes nos tenemos que proteger. Porque un delincuente es más evitable que un cataclismo.

Sofía dijo...

Un delincuente podrá ser evitable si lo encerramos. Pero a LA DELINCUENCIA no la podemos encerrar.

Tiago dijo...

Las conferencias de los cuerpos, es decir, de las organizaciones, tienen como finalidad fortalecer al cuerpo.
Las conferencias carcelarias también.