viernes, 1 de abril de 2011

Reflexiones sobre el “mal de amor”

La creencia en el libre albedrío se sostiene —aunque sea falsa—, porque nos brinda placer y diversión.

El tema del amor tiene más tinta derramada sobre revistas y periódicos que sobre libros.

No es que estos sean más valiosos que aquéllas, pero es cierto que las relaciones de pareja, el amor entre hombres y mujeres, las peripecias matrimoniales, parecen temas ideales para opinólogos (filósofos silvestres, parlanchines, sabios de segunda selección).

Quizá sea una cuestión estadística: como todos creemos tener ideas claras y empíricamente confirmadas (por nuestra propia experiencia), entonces la cantidad de aportes, informes y comentarios silencian otras voces que habitualmente son escuchadas por considerarlas creíbles.

Sin embargo, los problemas afectivos ocupan casi toda la vida de casi todo el mundo.

Las dificultades afectivas pueden ser terminales. Sin amor, literalmente morimos.

No sé si lo que te contaré es verdadero y ese es el punto más fuerte porque nadie sabe cómo son las cosas realmente. Nadie supera la categoría de hipótesis, creencia, suposición.

Te comento mi hipótesis.

— La hembra humana acepta a ciertos varones (accesibles, próximos) e ignora al resto, porque funciona según su instinto.

— Por lo tanto no elige a nadie. La naturaleza le impone que geste con fulanito.

— El varón (¿polinizado?) recibe la orden de enamorarse de quien lo señaló y se desespera inútilmente si la que a él le gusta (¡vaya uno a saber acordándose de quién!), ni lo mira.

— Las historias que tejemos en torno a estos fenómenos naturales (lluvia, enamoramiento, sismo), son sólo fantasías divertidas.

En suma: si reconocemos que el libre albedrío es una ilusión, nuestros problemas afectivos se reducen sustancialmente.

Claro que si aceptamos que todo está determinado orgánicamente —porque el amor es pura materia—, lo que ganamos en tranquilidad lo perdemos en diversión.

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El libre albedrío y el determinismo

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Ellas tienen motivos para llorar... y celar

¡Qué sola estoy!

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13 comentarios:

Canducha dijo...

Nada de diversión.
DRAMA, LICENCIADO, DRAMA!!!

Ma. Eugenia dijo...

Por qué motivo eligió esa foto, doc?

Guillermina dijo...

Quienes más hablan de amor son los religiosos. Ellos hablan con mucha autoridad. En cambio, me parece que a los ateos, hablar de amor en público, nos da un poco de pudor.

Norton dijo...

La creencia en el libre albedrío nos permite culpar a alguien.

Elbio dijo...

No olvides Canducha, que el género dramático y los dramas reales que vemos en la pantalla de la televisión, son entretenimientos cotidianos.

Líber dijo...

El tema del amor también tiene sangre derramada. Sobre revistas, periódicos, pisos, veredas, y todo tipo de objetos.

Luis dijo...

El amor no derrama sangre, Líber. Esos son los celos.

Hipérquites dijo...

Empecé jugando en quinta, pero cuando dejé el tema del amor y me dediqué a la medicina milenaria, pasé a primera.

Óscar dijo...

Soy un amante del cine, por lo tanto me niego a aceptar el avance de la absurda creencia que intenta bajar del podio al libre albedrío.

López dijo...

Si mi mujer me viene con que me puso los cuernos porque el amor es pura materia y porque el libre albedrío no existe, ESTARÁ GASTANDO SALIVA AL CUETE.

Iris dijo...

Era una diosa, por eso dijo: "tejeré una enorme red que sostenga la tierra cada vez que tiemble".

Paolo Desgracia dijo...

Recibí la orden de enamorarme de una mujer muy estricta. Y sigo recibiendo órdenes y más órdenes (ahora de ella).

Anónimo dijo...

“ El amor es maravilloso y absurdo e, incomprensiblemente, visita a cualquier clase de almas.” Dice Onetti.... Otra forma de decir lo mismo que el licenciado, pero con las geniales palabras de Onetti.

Mientras, acá estoy: jodida pero no liquidada!