martes, 26 de abril de 2011

El valor personal de la libertad

Para ganar dinero vendiendo nuestro tiempo libre es preciso que amemos fuertemente esta libertad. Quienes se aburren más bien quieren desprenderse de ella.

Todos conocemos cómo surgen los precios a partir de la tensión entre la oferta y la demanda.

Algo muy ofrecido, tiene un precio bajo y algo muy demandado tiene un precio alto.

En otro artículo (1) les comentaba que los trabajadores que vivimos en la ciudad, tenemos como principal fuente de ingresos económicos la venta de libertad (vendemos tiempo libre, libertad de elegir qué tareas realizar, libertad de expresar qué procedimientos utilizaríamos).

Con las ideas referidas a cómo se fijan los precios y a este producto al que renunciamos (algunas libertades), podemos hacer una reflexión de filosofía práctica.

Comienzo por la conclusión: las personas que se aburren difícilmente obtengan buenos ingresos con la venta de sus libertades.

Las personas que no saben cómo entretenerse tienen un sobrante de tiempo y energía molestos.

Estas personas que no disfrutan de la libertad, cuentan con ella como un estorbo.

En estas circunstancias, el empleador o los clientes que soliciten su colaboración no estarán pidiéndole un penoso renunciamiento sino que le estarán ofreciendo un servicio higiénico, de limpieza: le estarán sacando el aburrimiento, la insoportable situación de no saber qué hacer, dónde ubicarse, cómo matar el tiempo.

En este caso podemos decir que el empleador o el cliente que le piden colaboración a una persona que se aburre, le están ofreciendo un servicio por el cual sería legítimo que el «trabajador» tuviera que pagarle al «empleador» o al «cliente».

Seguramente este pago no existirá sino que por el contrario, el sentido común hará que sean estos (empleador o cliente) quienes le paguen al tedioso, pero eso sí, le pagarán muy poco porque en realidad le están haciendo un favor si logran entretenerlo.

(1) La venta de libertad

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12 comentarios:

Iñaqui dijo...

Para toda esa gente que se aburre con su tiempo libre, es que se aplica la máxima "el trabajo es salud". No cabe duda de que el aburrimiento es la fuente de las enfermedades más graves. Eso no significa que esté bueno entretenerse con cualquier cosa, ni que el objetivo de la vida sea entretenerse (cuando se entiende por entretenerse, distraerse). Distraerse es andar como bola sin manija. El que se distrae va para cualquier lado y eso tiene sus ventajas pero también sus perjuicios. Y a qué venía todo esto? Ah, sí, por la relación entre el aburrimiento y la pobreza. El que se aburre, no progresa en su trabajo, ni inventa nuevas fuentes de ingresos, porque no vuela; sobrevuela. No se mete en las cosas porque no le despiertan interés. Una persona desinteresada sólo hará en la vida, acto de presencia.

Lucas dijo...

Estaría bueno pensar qué matamos cuando matamos el tiempo.

Luján dijo...

Cuando me aburro en un cumpleaños, me pongo a lavar la vajilla. De a ratos, casi no hay cumpleaños que no se ponga aburrido.

Teresita dijo...

Claro! Si le damos valor a nuestra libertad, buscaremos estar bien pagos cuando la cedemos.

Libertad dijo...

Se aburrió de mí y quiso desprenderse de todo lo que le había regalado. Todos esos momentos en familia, los paseos por el shopping los domingos, los almuerzos en casa de mamá, las amigas del taller de literatura que le había presentado!...
Dice que me empezó una nueva vida y ahora no tiene tiempo para nada.

Fulgencio dijo...

La libertad que vendemos los que trabajamos en el campo es tan libertad como la suya.

Pompi dijo...

Le vendí mi libertad al Diablo y me la devolvió porque dijo que con 'mi' libertad no podía hacer nada.

Lucas dijo...

Algunas se toman libertades que nadie les ofreció y encima te generan gastos.

Chapita dijo...

Yo traté de ganar dinero vendiendo mi tiempo libre en la Embajada de EEUU, pero un señor muy amable me aconsejó que cruzara a la rambla porque la tarde estaba muy linda.

Roque dijo...

Estoy desbalanceado: el tiempo me sobra y la energía me falta.

Hugo dijo...

A mí me sobra tiempo pero no se lo cuento a nadie. Ya tuve la experiencia de que se instalen en mi parcela de tiempo libre con pancartas de todo tipo.

Mirna dijo...

La libertad de una nunca está más sobrevaluada que cuando te secuestran.