lunes, 11 de abril de 2011

Intercambio de órganos genitales

El atractivo del matrimonio está en que cada cónyuge cree poseer el genital del sexo opuesto. La infidelidad enfurece porque es vivida como una violación pues «el otro genital» fue usado sin su consentimiento.

A veces hacemos alarde con la nitidez de la opción sexual adoptada («aborrezco a los homosexuales» o «soy muy coqueta»), precisamente para compensar la debilidad que poseen esas condiciones.

Nadie es 100% varón o mujer sino que poseemos rasgos cruzados. Así existen mujeres especialmente dominantes y varones maternales.

Para entender el resto de la idea, necesito que toleres por unos minutos la idea anterior: que no somos 100% del sexo que indica nuestra anatomía y que simultáneamente desearíamos el máximo grado de pureza, sin rastros del otro sexo.

Nuestro inconsciente, que es la parte más irracional y determinante de nuestras acciones (pensar, obtener, combatir), resuelve el conflicto (entre lo que realmente somos y lo que deseamos ser) de una manera imposible de entender con la racionalidad de la conciencia.

Efectivamente utilizamos las uniones matrimoniales, la vida en pareja monogámica, para poder imaginar que poseemos ambos sexos.

Efectivamente, debilito mi conflicto entre que no estoy plenamente seguro de ser un varón en estado puro y mis deseos de resolver esta incertidumbre, uniéndome en forma monogámica a otra persona que no tiene mi mismo sexo para imaginar que si digo «mi mujer» (para referirme a mi esposa), mi alocado inconsciente puede sentir que tengo vagina, senos, útero, femineidad.

Ellas hacen lo mismo cuando se refiere a «mi marido» (piensan que poseen órganos masculinos).

Uno de los delitos castigados con penas más severas (hasta por los mismos reclusos), es la violación.

En suma: Por todo esto es que la infidelidad desencadena tanta furia, pues el cónyuge traicionado siente que su (otro) genital fue usado sin su consentimiento (violación).

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13 comentarios:

Carolina dijo...

Excelente el artículo doc! Otras veces ud ya había hablado del tema pero esta vez me quedó clarísimo.

Lucía dijo...

Es increíble como nuestro 'otro' genital tiene una vida psíquica tan real como el que tenemos más allá de nuestro ombligo.

Mariela dijo...

Dicen que en la pareja cada uno tiene que seguir siendo cada uno. Por otro lado se habla de la media naranja, dando a entender que entre los dos formarían uno.
Creo que es en el sexo cuando ambos forman uno (o casi forman uno) y el resto del tiempo son cada uno.

Damián dijo...

Entonces las personas polígamas tendrían muy desarrollado el sexo opuesto.

Baraka dijo...

No sé Damián, en mi harén tengo representantes de todas las diversidades sexuales.

Alejandra dijo...

No tengo remedio! Si usa mi otro genital con mi consentimiento, igual me da una FURIA!

Chapita dijo...

Mi alocado inconsciente me tiene loco. Lo que pasa es que tanta presión, tanta presión, que al final lo dejé salir.

Marcia dijo...

Un varón en estado puro debe ser doblemente insoportable!!

Luisa dijo...

Cada vez que diga "mi marido", no podré evitar verme de una manera muy extraña.

Anónimo dijo...

Siempre pensé que afirmar "esta es mi mujer", era algo muy masculino. Como decir, "este es otro más de mis dominios". Sé que suena terrible, pero a lo que voy es que yo siempre lo sentí así, al punto de que le pedí a mi mujer que firmara añadiendo mi apellido (fulana de...). Esto hasta hace unos años no llamaba la atención, pero hoy las amigas de mi mujer se escandalizan.
Sus planteos me dejan pensando y me ponen algo inquieto, no se lo voy a negar. En fin...

Elena dijo...

Respecto al comentario anterior, lo que yo puedo decir como mujer es que me encanta firmar como "de...". Lo siento como un acto de amor hacia él.
Leyendo su artículo veo que mis sentimientos tienen asidero. Si le estoy diciendo a mi pareja, que le regalo órganos femeninos, más precisamente los míos, pienso que es algo que puede generar una gran gratitud. Por mi parte, no voy a negar que me gusta mucho la contraparte. Quién no sueña con tenerlo todo, con poder experimentar la vida desde el punto de vista masculino y el femenino. Por ese mismo motivo creo que tantas parejas quieren tener hijos de los dos sexos para formar el casalsito. Es la posibilidad de ver a través de ellos dos mundos diferentes.

Maribel dijo...

No entiendo qué es lo beneficioso de ser una mujer o un hombre en estado puro. Por qué será que tantos y tantas se afanan en parecerlo?

Elbio dijo...

Creo que una posible respuesta al planteo de Maribel es que dividir a la humanidad en dos sexos bien diferenciados, en algún momento fue útil a la organización social.
Deberíamos tener en cuenta que a partir de la revolución industrial dejó de serlo.