sábado, 1 de febrero de 2014

La mezquindad del perfeccionista

Los ciudadanos perfeccionistas son ciudadanos irresponsables, mezquinos y cobardes.

Para ser un buen ciudadano es imprescindible pensar que:

— El error es una obligación moral;

— Equivocamos es un compromiso ético y

— Por razones de honestidad, tenemos que ser injustos.

Para reforzar esta propuesta disparatada, diré:

— Negarse a cometer errores es condenable;

— No es ético evitar las equivocaciones; y, finalmente

— El ciudadano que no admite ninguna injusticia, es deshonesto.

¿Qué significan esta sarta de disparates?

La explicación de estas aseveraciones se resume en una frase vulgar: «Lo perfecto es enemigo de lo bueno».

1) «El error es una obligación moral» porque quienes no estén dispuestos a cometer errores tendrán la peor de las actitudes: No hacer nada, no participar, no involucrarse, mantenerse al margen, lavarse las manos.

2) «Equivocarnos es un compromiso ético» por la misma razón anterior pero desde el punto de vista de una filosofía de vida responsable. Como la equivocación es casi inevitable aceptarla implica exponerse a un gran esfuerzo.  Porque nadie desea equivocarse, es un acto de generosidad enfrentarse a lo que desearía evitar con tal de responsabilizarse personalmente ante los compromisos sociales que lo convoquen.

3) «Por razones de honestidad, tenemos que ser injustos» porque nunca podremos asegurar la perfección en nada. Cuando no tenemos más remedio que juzgar a un semejante, debemos asumir el compromiso de cometer alguna injusticia porque, si pretendemos evitarnos esos riesgos, intentaríamos evitar un compromiso por pura mezquindad y cobardía.

Excepto por discapacidad o niñez, ninguno de nosotros está exonerado de comprometerse con lo que le ocurra al colectivo que integramos, sin embargo la evasión está casi autorizada para quienes fundamentan su irresponsabilidad diciendo: «Si lo hago lo hago bien y si no puedo hacerlo bien, entonces no hago nada».

(Este es el Artículo Nº 2.128)


No hay comentarios.: