sábado, 15 de febrero de 2014

Los ancianos sí son monógamos


Los varones son, por naturaleza, polígamos, pero cuando envejecen tienen que aceptar la monogamia porque no tienen más remedio.

Los varones ancianos son monógamos por dos motivos fundamentales:

1) Porque las fuerzas físicas no les son suficientes para tener sexo con varias mujeres; y

2) Sobre todo, porque los ancianos difícilmente sean convocados por mujeres que los necesiten como padres de sus hijos.

De estas aseveraciones se deduce cómo funcionan los varones antes de convertirse en viejos:

1) Son polígamos y tienen que, obligatoriamente, tener sexo con todas las mujeres que los elijan para ser padres de sus hijos;

2) Son mentirosos porque no los dejan decir la verdad. Las sociedades están organizadas con tal hipocresía y desconsideración de las características naturales que obligan a los varones a ser monógamos y además a que ni mencionen su verdadera misión, esta es, satisfacer a cualquier mujer que los elija para ser fecundadas por él.

Y acá aparece un tema que bien podría ser el núcleo de este artículo. Lo expreso así: La mentira existe pero los mentirosos no.

La mentira existe porque las sociedades están organizadas sin tener en cuenta cómo somos los seres humanos (ahora me refiero a varones y a mujeres).

Si mujeres y hombres fuéramos respetados en nuestras verdaderas características, podríamos decir que nos gusta el cuerpo de mamá, que nos gusta tanto el teléfono del vecino que desearíamos quitárselo, que si algún día tuviéramos suficiente poder seríamos prepotentes, que repudiamos estudiar porque preferimos ser aceptados como somos y no como pretenden los profesores que seamos, y un extenso etcétera.

En este imaginario sinceramiento social, los varones podríamos decir que amamos a todas las mujeres que nos aman, entendiendo por «amar» el deseo de ser fecundadas por nuestro semen.

Como la cultura nos obliga a ocultar nuestra forma de ser, los hombres tienen que mentir, tienen que ser infieles (a la cultura neurótica, pero fieles a la Naturaleza) y, cuando ya no pueden con sus huesos, entonces simulan un arrepentimiento de aquella vida licenciosa, cuando migraban de cama en cama dejando hijos por doquier.

Ellas también son fieles a la naturaleza, pero el cuerpo las obliga a ser más sedentarias. No es tan fácil andar por ahí con hijos pequeños que demoran veinte años en salir definitivamente del útero.

Los ancianos de ambos sexos retoman muchas características de la infancia. Las retoman porque se vuelven tan débiles como los niños.

Los varones tienen que simular arrepentimiento para juntarse con alguna mujer que fue monógama porque los hijos le obstaculizaron ser polígama como él.

Por todo esto los ancianos varones se convierten en monógamos y siguen siendo fieles...a la Naturaleza.

(Este es el Artículo Nº 2.141)


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