La Naturaleza, segura de que nuestra especie ya tiene suficiente cantidad de ejemplares, quizá se preocupe menos por la conservación de cada inviduo.
Para muchas personas el psicoanálisis es una técnica, arte o ciencia demasiado sexualista, pansexualista, obsesionada con la función sexual.
Para muchas personas el psicoanálisis es una técnica, arte o ciencia demasiado sexualista, pansexualista, obsesionada con la función sexual.
Tienen razón: el psicoanálisis
hace un gran hincapié en la sexualidad.
El motivo es que lo único importante
para cualquier especie es perpetuarse. Todos los seres vivos estamos dotados de
ese impulso a conservarnos como especie.
Como puede deducirse, para
poder conservarla es preciso conservar a cada ejemplar.
Aunque la psiquis humana nos
impulsa a priorizarnos como individuos, ahí tenemos uno de los tantos puntos de
desencuentro entre lo que cada uno desea y lo que la naturaleza nos impone.
Efectivamente, parecería ser
que a la naturaleza le importa bastante poco qué nos pasa a los individuos. Lo primordial
siempre es la especie. De ahí que los individuos podemos quedar expuestos a
peripecias que aumentan nuestra vulnerabilidad y mortalidad.
Peor aun: ahora que ya somos
siete mil millones de ejemplares y que la especie parece tener un seguro de
vida por muchos años más, es probable que la naturaleza (que se expresa en cada
uno con los funcionamientos orgánicos automáticos, con los instintos, con las características
más animales) se despreocupe aun más de los individuos.
En otras palabras: como somos
muchos valemos individualmente menos pues cada uno dispone de múltiples
suplentes.
¿Cómo se manifiesta este
supuesto desinterés de la naturaleza por los ejemplares individuales de nuestra
especie?
1) Nos reproducimos menos;
2) Perdemos interés por las relaciones
sexuales;
3) Aumenta la cantidad de
personas homosexuales (que no pueden reproducirse);
4) La proporción de ancianos
respecto a los jóvenes es mayor;
5) Los métodos curativos
pierden interés colectivo y, por lo tanto, eficacia;
6) Aumenta las posibilidades de
conflictos armados y de epidemias;
7) La solidaridad pierde fuerza;
8) Se incrementan los casos de
depresión;
9) El trato entre los
individuos es más intolerante o indiferente;
10) El consumo de sustancias
que nos apartan de la realidad, es mayor;
11) Las religiones disminuyen
la cantidad de fieles;
12) Los entretenimientos
solitarios ganan adeptos;
13) Se hace más difícil y
costoso encontrar un espacio donde alojarse;
14) La presión económica sobre
los Estados genera frecuentes crisis;
15) Las personas más
vulnerables (niños, enfermos, ancianos) perecen en mayor cantidad;
16) Aumentan los delitos
contra la vida;
17) Al aumentar el estrés
aumentan las enfermedades psicosomáticas;
18) Aunque tenemos anatomías
muy diferentes, los roles de los varones y de las mujeres cada vez se parecen
más.
Los interesante es que, a lo
largo de la historia, estas sensaciones siempre existieron. La única novedad es
que nunca antes fuimos siete mil millones de ejemplares, mientras que el tamaño
del planeta sigue siendo el mismo.
(Este es el Artículo Nº 2.140)
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