sábado, 26 de octubre de 2013

Por qué existe lo sagrado


La incertidumbre nos molesta y hacemos cualquier cosa para evitarla. Sacralizamos para no pensar; convertimos en sagrado lo que preferimos desconocer.

La palabra ‘sacralizar’ significa “dar carácter sagrado a lo que no lo tenía”, y, a su vez, se considera que algo o alguien es ‘sagrado’ porque “inspira veneración y respeto”.

Estas ideas nos hacen pensar en esa actitud que solemos adoptar los humanos cuando queremos que algo o alguien reciba un tratamiento especial, diferente al que reciben todos sus semejantes.

Ese tratamiento especial suele consistir, por ejemplo, en no señalar sus defectos, en justificar con pasión sus inocultables errores, en tomarlo como ejemplo, (inclusive forzando los hechos); idealizando su imagen, su recuerdo; entronizando su figura como se hace con los héroes.

Probablemente, todo esto ocurre porque, en el fondo, queremos evitar la incertidumbre, la duda, la inseguridad del día-a-día. Sacralizamos a alguien o a algo porque querríamos que existan más certezas de las que tenemos.

Las verdaderas certezas son demasiado pocas: que mañana será otro día, que todo cae y que nada flota en el aire durante mucho tiempo, que algún día moriremos. Quizá usted pueda agregar alguna otra certeza confirmada, pero yo no recuerdo ninguna otra.

La duda consiste en esa mortificante búsqueda errática de la verdad definitiva, concluyente..., fuera de toda duda.

Cuando sacralizamos a alguien, o a algo (persona, dios, mito, interpretación histórica), generamos, por consenso, una certeza artificial, fabricada deliberadamente, una mentira con jerarquía de verdad.

Al sacralizar le ponemos un palo en la rueda al progreso sobre eso que sacralizamos. Ya nunca más podremos investigar sobre esa persona, o mito, o interpretación histórica. Al convertirlo en ‘verdad sagrada’ le ponemos un punto final al tema porque no queremos seguir discutiendo, pensando, DUDANDO.

En suma: sacralizamos para no pensar; convertimos en sagrado lo que preferimos desconocer.

(Este es el Artículo Nº 2.061)


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