martes, 8 de octubre de 2013

La imaginación que nos calma la ansiedad



 
Como ignorar qué nos está pasando nos genera ansiedad, creamos historias que lo explican todo y así nos calmamos.

A todos nos pasa algo similar: en el afán de entender qué nos está pasando, investigamos, estudiamos, observamos, pero fundamentalmente: creamos historias.

Esas historias nos tienen como principales protagonistas y no son otra cosa que hipótesis sobre qué (probablemente) nos está ocurriendo.

Para explicar esto yo también tendré que recurrir a una hipótesis novelada, es decir, compartiré con ustedes cuál es mi teoría sobre qué hacemos para entender qué nos ocurre.

Todos conocemos el fenómeno universal de comer para calmar la ansiedad.

Ya, desde recién nacidos, lloramos para que mamá nos permita lactar, no solo cuando tenemos hambre sino también cuando estamos tristes, angustiados, ansiosos, ... en el supuesto caso de que, a tan temprana edad, ya seamos víctimas de esos estados emocionales.

¿Cómo preparamos esas historias? La similitud continúa: preparamos las historias de un modo similar a como preparamos la comida que calmará nuestra ansiedad.

Efectivamente, las historias tienen un cierto formato así como los alimentos tienen una cierta cocción.

Esos relatos deberán ser redactados de tal forma que nuestra inteligencia los crea (los digiera) y quede en condiciones de entender, (de creer que entiende, debería decir), qué nos está pasando.

Algo que suele repetirse en nuestros relatos explicativos-ansiolíticos (que calman la ansiedad), es que nuestra vida está segmentada en ciclos, tales como son el año solar, el año lunar, los meses, nuestros aniversarios, los días.

Dicha creencia en los ciclos nos hacen renovar la esperanza cuando comienza uno de ellos: nos deseamos «feliz año nuevo», festejamos nuestro «cumple-años», nos despertamos a la mañana con la optimista expectativa de que hoy será mejor que ayer.

Cuando «ingerimos» este relato alimenticio disminuye nuestra ansiedad porque realmente creemos que es verdadero.

(Este es el Artículo Nº 2.043)

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