jueves, 4 de abril de 2013

Psiconeuroinmunoendocrinología = 30 letras




Las palabras impronunciables aportan un poder mágico a quienes las pronuncian. Por ahora la palabra «psiconeuroinmunoendocrinología» es mágicamente impronunciable.

Según sea el objetivo, la popularidad puede ser un beneficio o un perjuicio.

Naturalmente es un beneficio cuando el objetivo es ser reconocido por la mayor cantidad de personas.

Claro que ese conocimiento puede ser positivo o negativo. Adolfo Hitler está «en la boca de todo el mundo» pero como ejemplo de lo que no se debería hacer, mientras que Albert Einstein es famoso por cualidades dignas de imitación.

Por el contrario, si el objetivo fuera evitar la popularidad, entonces los interesados en que se cumpla este propósito extremarán sus esfuerzos para ocultar el conocimiento.

No es fácil encontrar un ejemplo de este caso porque, precisamente, no son conocidos, porque cumplen su objetivo de no ser populares, porque han logrado no estar «en la boca de todo el mundo».

Uno podría preguntarse: ¿qué interés puede existir en evitar la tan preciada popularidad? Parecería ser que esta preferencia apunta a la soledad, al aislamiento.

La respuesta es sencilla cuando lo que tenemos que ocultar son características agraviantes. Es normal que alguien trate de que sus rasgos impresentables no tomen estado público.

La respuesta no es tan sencilla cuando lo que tenemos que ocultar son características dignas de orgullo, de aprobación, de asentimiento.

Cuando la estrategia consiste en evitar que algo valioso esté «en la boca de todo el mundo», podemos pensar que, no conformes con la simple popularidad, se busca ir más allá y lograr la idealización, el endiosamiento, la fascinación, el misticismo, el misterio rodeado de un halo mágico.

La medicina utiliza muchísimas palabras impopulares, pero quienes pueden conocerlas y pronunciarlas (los médicos), elevan su poder mágico.

Por ahora, la palabra «psiconeuroinmunoendocrinología» (1) es mágicamente impronunciable hasta para los médicos.

 
(Este es el Artículo Nº 1.857)

8 comentarios:

Sofía dijo...

Me parece una falta de respeto que el médico no trate de hacerse entender cuando uno está preocupado nada menos que de su propia salud o la de un ser querido. Me resulta muy violento.

Claudio dijo...

Los psicólogos no usan la jerga con los pacientes pero entre colegas abusan de ella.

Anónimo dijo...

Para ser sincera prefiero en endiosamiento a la popularidad... (pero no puedo permitir que alguien se entere)

Fabián dijo...

Estar en boca de todo el mundo implica que además de amigos, tendrás que soportar a los enemigos.

Anónimo dijo...

Soy bastante obsesivo. Creo que quiero controlar mis rasgos impresentables.

M. Eugenia dijo...

¿Se puede ser popular sin ser mediocre?

Roque dijo...

Las palabras importantes, complicadas, y sobre todo de poco uso, asustan sólo a los inexperientes. Cuando pasan los años nos vamos dando cuenta de que son puro adorno y vanidad.

Anónimo dijo...

Quiero ser popular pero dentro de alguna minoría.