miércoles, 24 de abril de 2013

La aguja en el pajar, ¿está o no está?



 
Antiguamente se pensaba que para todo había alguna solución, pero actualmente esa creencia ya no tranquiliza a las nuevas generaciones.

Un dicho popular exclama: «¡Es más difícil que encontrar una aguja en un pajar!».

Este problema existe porque la paja y la aguja son visualmente muy similares. La dificultad estriba en que una aguja en una pajar está camuflada, encubierta, disimulada.

Reflexionando inclusive con escasa lucidez podemos continuar  opinando que el dicho popular debería aclarar si existe alguna certeza de que esa aguja buscada está o no está en el pajar, porque si tenemos la convicción de que alguien la puso ahí, el problema se reduce a mirar paja por paja hasta que podamos descubrir la aguja. Por el contrario, si no tenemos seguridad sobre la presencia del mencionado objeto monocular, (porque tiene un solo ojo), la búsqueda aumenta su dificultad exponencialmente.

¿En qué escenario estamos viviendo? ¿Qué tiene esto que ver con buscar una aguja en un pajar?

Según creo, antiguamente, (nuestros padres y abuelos), tenían la sensación de que las soluciones para los eternos problemas existenciales, (salud, dinero y amor), estaban y que solo había que buscarlas, estudiando, consultando, esforzándose.

En términos del dicho popular, las antiguas generaciones tenían la sensación de que encontrar la solución a los problemas existenciales era tan trabajoso como buscar una aguja en un pajar contando con que la aguja seguramente estaba ahí.

Desde que nuestra cultura comenzó a descreer de lo viejo y adhirió al culto de lo nuevo, esa sensación de tranquilidad y de apego a la perseverancia y laboriosidad, similar a las que se necesitan para encontrar un objeto disimulado entre miles, dejó de tranquilizarnos.

Desde que nuestra cultura solo cree en lo nuevo y que quizá aún no llegó al país, buscamos ansiosamente porque ignoramos si la aguja está.

(Este es el Artículo Nº 1.877)

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