Para evitar lo que nos perjudica necesitamos conocerlo y el amor es el único sentimiento que nos permite conocer.
Como no creo que existan
ingredientes mágicos en nuestra composición como animales humanos, están fuera
de mi alcance intelectual ideas tales como alma, espíritu y Dios. Sencillamente
no los entiendo. Lo más que logro hacer
con ellos es «saber» que muchos seres humanos creen en su existencia y que actúan
como si esas no-sustancias fueran sustancias.
Sí creo en que ignoramos demasiadas cosas de nuestro planeta dentro de
las cuales estamos nosotros mismos, en especial la psiquis que es de muy
difícil acceso pues tiene que observarse a sí misma.
Las emociones parecen ser
reacciones químicas que nos provocan imágenes mentales que suelen ser
atractivas (amor) o repulsivas (odio). Al ser atractivas tendemos a la aproximación
y las que son repulsivas nos inducen al alejamiento.
Cuando tratamos de entender
nuestro entorno para mejorar nuestra adaptación a él, estamos influidos por
estas emociones (sentimientos), constituyéndose en verdaderos obstáculos porque
tanto el amor como el odio nos aproximan o nos alejan de lo que nos gustaría
conocer.
Imagino a alguien que intentara
enhebrar una aguja parado sobre un bote, al atardecer (poca luz) y en una zona
de intenso oleaje. Más concretamente ahora estoy pensando en cómo los humanos
tratamos de conocer el fenómeno de la delincuencia, sacudidos por la furia que
nos provocan los malvivientes. Este sentimiento de rechazo nos impide realizar
una observación confiable («enhebrar la aguja»).
El combate a la delincuencia, (o
a las enfermedades), nos aleja del objeto de estudio y por eso no podemos
conocerlo, es decir, apelamos a procedimientos basados en la ignorancia.
Como sólo podemos conocer amando
(aproximándonos), cualquier solución genuina consistirá en mejorar nuestra
capacidad adaptativa encontrando formas de convivencia lo más agradables
posible.
(Este es el Artículo Nº 1.864)
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10 comentarios:
Es difícil, porque para conocer hay que acercarse, pero sin implicarse tanto como para distorsionar la realidad a causa de la intensidad de nuestros sentimientos.
Una vez enhebré una aguja parado en un bote y sin los lentes (metafóricamente hablando). Simplemente tuve suerte.
El amor nos permite conocer de una manera simple. Se trata sólo de seguir el deseo.
¿Quién actúa como si el espíritu fuera una sustancia?
Los espejos que nos muestran a nuestro psiquismo, siempre están deformados por el deseo.
¡Qué reacciones químicas me provocás, nena! Como piropo suena bastante científico. Capaz que tengo suerte.
Si no podemos estar demasiado cerca ni demasiado lejos, lograremos evitar el odio, pero no llegaremos al amor.
Uno de cada tres uruguayos piensa que tener un arma es una buena forma de defenderse de los delincuentes.
Yo no puedo creer..!
Una de las formas de convivencia más agradable, sin dudas, es bajo el formato PAZ.
Te superé Roque. Yo hice lo mismo pero era noche cerrada y no había luna. Al final tanto insistí que apareció un grupo de sirenas a auxiliarme... PAH! lo que se me ocurrió: las ambulancias prenden la sirena para ir a buscar al que precisa asistencia, pero el Mito dice que las sirenas con su sonido terminaron por ahogar a los marinos.
Se me ocurrió por lo que hablaba ud. de la amibivalencia en el otro blog.
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