martes, 9 de abril de 2013

Insólito: el dolor de algunos alivia el dolor de otros




Cuando alguien sufre un dolor causado por otra persona, la víctima siente alivio constatando el dolor de su victimario. ¡Insólito!

En nuestra cultura nos parece bien que si alguien nos provoca un perjuicio, tanto podemos recibir una indemnización equivalente a ese perjuicio, como podemos considerarnos compensados si el causante de nuestro perjuicio tiene una pérdida similar.

Por ejemplo, una persona decide estropearnos el frente de nuestra vivienda, es descubierto, detenido, acusado y condenado a pagar los daños ocasionados hasta que el frente de la vivienda recupere el aspecto que tenía antes de su acto vandálico, pero si no contara con los recursos económicos suficientes para afrontar ese gasto, entonces podría condenársele a perder la libertad durante un cierto tiempo.

La sociedad en la que vivimos nos impone que aceptemos algunas de esas indemnizaciones y por lo tanto estamos obligados a conformarnos con ellas.

Si el vándalo es solvente y puede afrontar la reparación de lo que deterioró, parecería lógico que nos demos por suficientemente atendidos, pero lo extraño es que causarle un daño similar al que hemos recibido pueda aliviar nuestra pérdida.

De hecho estamos hablando de la Ley del Talión: «ojo por ojo y diente por diente».

¿Qué razonamiento tengo que hacer para entender que mi perjuicio se repara con el perjuicio de otro? Me parece que lo único que puedo pensar es que el causante y yo somos prácticamente la misma persona.  

Si lo pudiéramos expresar en términos matemáticos podría pensarse que si el daño que recibí tiene un signo de más, constatar que el causante tuvo un daño similar para mí opera como si fuera el mismo daño pero con signo negativo.

En otras palabras, si alguien me causa un perjuicio que me duele, yo siento un alivio total si constato que el causante sufre igual. ¡Insólito!

(Este es el Artículo Nº 1.862)

10 comentarios:

Gabriela dijo...

A mí también me parece insólito. Es como ud. dice, es como pensar que el causante de la pérdida y yo, somos la misma persona.

Alba dijo...

La Ley del Talión sigue vigente, sólo que con un poco de maquillaje.

Darío dijo...

Es cierto que la venganza a veces nos alivia. No sé cuál es el mecanismo que se activa.

Aldo dijo...

Una indemnización equivalente al perjuicio, en muchos casos puede ser lo más lógico.

Alicia dijo...

Tenemos que conformarnos y obedecer las normas preestablecidas aunque no estemos de acuerdo con ellas. Eso genera violencia, la cual se manifiesta de algún modo; o sale afuera u opera dentro nuestro.

José dijo...

Para algunas personas la ética es de mucha importancia en su vida, y para otras prácticamente no está presente.

Meolvide dijo...

¿Cómo puedo cobrarle a mi delgada memoria todos los perjuicios que me causa?

Lucas dijo...

En algunos casos extemos, causar daño al que nos lastimó, el la respuesta instintiva.

Marina dijo...

De acuerdo con Lucas. No se trata de un comportamiento razonable, se trata de un fuerte impulso que nos domina.

Beatriz dijo...

Tengamos en cuenta que aquello que a uno le puede doler, para el otro que nos causó el daño, puede no significar un verdadero castigo.