— Te pago para dejar mi piel en tu diván.
— ¿Así que hoy piensa que es una víbora?
— Sí, de esas bien venenosas, que tienen una capucha.
— Cobra. Se llaman «cobra». ¿Usted me paga como dijo antes o cobra como dice ahora?
— Pago para que me dejes ser «cobra» sin criticarme como hace mi padre-el-señor-perfecto.
— ¿Un padre perfecto sería alguien que no critique a una hija-víbora venenosa?
— Un padre perfecto es uno que no critica la paja en el ojo ajeno sin ver la viga en el propio.
— ¿Con qué asocia víbora?
— Con una _ija.
— No le oí. ¿Dijo hija o pija?
— Dije hija pero quise decir pija.
— ¿Se parecen en algo una «hija» y una «pija»?
— (silencio prolongado) No se parecen en nada pero odio a mi madre porque al único que atiende es a mi padre. Puedo estar con hambre, haberme peleado con un profesor o haber perdido un examen, que ella atenderá primero a su macho cuando llega del trabajo para darle un beso y una palmada en el culo. Con eso ella se pone loquita y no hace más que mover la cola como un perro.
— Entonces el veneno de la víbora son celos.
— Llámale como quieras, pero siempre fue igual. Fui abandonada a mi suerte. Apenas me atiende. Sólo tiene ojos para él.
— ¿Encuentra algún parecido entre «hija» y «pija»?
— (silencio prolongado) Mi madre me querría más si yo fuera varón. Si en lugar de ser «hija» fuera «pija».
— Si para ser preferida por su mamá necesita dejar de ser una mujer para convertirse en una parte del cuerpo de su papá, tiene la infelicidad asegurada porque nunca podrá lograrlo.
— (silencio breve) Es un disparate pero ya me tienes acostumbrada. No puedo ser una pija para ser deseada. Lo mejor será conseguirme una pija juntándome con un tipo. Como hizo mi madre que siempre está contenta.
— Nos vemos el viernes.
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11 comentarios:
EXCELENTE!!! EXCELENTÍSMO!!!
Lo felicito colega.
Me da una envidia malsana que ud sea capaz de transmitir tantos conceptos psicoanalíticos a través de un breve relato.
Tendría que cobrarle a mi psicólogo por tener el honor de escuchar mis intimidades.
Me gusta la mirada de esa chica: es inteligente, sincera e inquisitiva.
Ese desgraciado le critica la paja a la pobre muchacha. Habría que ver que hace él con su viga.
Las hijas también atienden primero a su macho y después a la madre.
Mis celos no son veneno de víbora.
Mis celos son savia de amor.
Mis celos tampoco son veneno de víbora.
Mis celos son lechita de amor.
En realidad las mujeres son pija, porque todo sue cuerpo está erotizado.
Soy feliz y lesbiana. Las cosas no son tan secillas ni tan imposibles.
Algunos hombres tienen miedo de que nos quedemos con su pene. Por eso no se quedan más de un año con una mujer. Son picaflores para no darte tiempo de que te encariñes con el órgano.
No sabría decir si una sesión de psicoanálisis es así, pero me gusta que nos permita darnos cuenta solos a quién pertenece el parlamento de cada personaje.
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